El Sáhara, por puro interés familiar

Sáhara

Mucho se ha escrito sobre las razones que han llevado a Pedro Sánchez a dar un giro copernicano en política exterior y claudicar ante Marruecos al avalar la propuesta de Rabat sobre el Sáhara. La decisión del presidente del Gobierno provocó la estupefacción general, pero detrás del cambio de postura puede que se escondan turbios intereses personales. Por un lado, no es novedad que Sánchez está tratando de garantizarse un futuro en algún organismo de fuste y la cesión ante Marruecos complace, y mucho, a Estados Unidos, cuyo apoyo llegado el caso es fundamental. Por otro, la sumisión del presidente a Rabat elimina un desencuentro diplomático con repercusiones en todos los operadores económicos.

Y aquí aparece la figura de su mujer, Begoña Gómez, que se mantiene como directora del Africa Center en el Instituto de Empresa, que mantiene una «alianza» con el APD Marruecos, una organización sin ánimo de lucro para altos ejecutivos que opera desde Casablanca y que verá dinamizar a partir de ahora su actividad cruzada con España. Para entendernos: a Begoña Gómez, por la cuenta que le tiene, le interesaba que España restableciera sus relaciones con la nación vecina, pues el África Center tiene una vinculación especial con ese importante centro empresarial marroquí que se define como el «primer centro de liderazgo de Marruecos» y que se ha convertido en un enorme centro de contactos. Hasta que su marido varió radicalmente la postura de España en relación con el Sáhara, las puertas de esa institución eran difíciles de cruzar, pero ahora se le han abierto de par en par. Ya en 2019, el PSOE anunció su decisión de dotar de más fondos públicos al Plan África, uno de los proyectos estrella en materia de solidaridad que ha impulsado Pedro Sánchez en su legislatura y que también sirvió de catapulta a Begoña Gómez para poner en valor su puesto de directora del Africa Center en el IE.

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