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Relais & Châteaux La Fonda: el paraíso marbellí

Combina la emblemática arquitectura del siglo XVI con modernas instalaciones

Es el perfecto ejemplo de ese lujo silencioso del que tanto anhelamos disfrutar

Relais & Châteaux La Fonda: el paraíso marbellí

Brillo, lujo, glamour, jet set, sol. Esta no es otra que la descripción de Marbella, una ciudad con muchas luces y alguna que otra sombra a lo largo de toda su historia; aquí se han cocinado las tramas más hermosas y a la vez truculentas del papel couché de los últimos años. Esas historias que nos dan vidilla y que nos recuerdan que por ahí pasaron, disfrutaron, vivieron y, sobre todo, lo gozaron muy fuerte, ilustres de la talla de Jaime de Mora y Aragón, Alfonso Hohenlohe, Gunilla von Bismarck y Luis Ortiz u Olivia Valère; actores del star system de Hollywood, como Sean Penn, Liz Taylor, Grace Kelly, Frank Sinatra, Joan Collins o Liza Minell; imprescindibles de la prensa rosa, como Lita Trujillo, Espartaco Santoni o Pitita Ridruejo, y figuras patrias, como Lola Flores, la Duquesa de Alba, Marujita Díaz, Bienvenida Pérez o Jesús Gil.  Tampoco faltaba la realeza. Y es que los reyes y jeques árabes Marbella era el oasis que tanto buscaban; el multimillonario saudí Adnan Khashoggi y el rey Fahd de Arabia Saudí fueron unos de los infalibles.

Toda esta variopinta amalgama de personas se reunía en fiestas de ensueño —el Marbella Club era la sede en la mayoría de las veces— que duraban hasta el amanecer y en las que las preocupaciones —sí es que tenían alguna— se dejaban en la puerta.  Era la época dorada de los 80 y principios de los 90, años en los que la Costa del Sol era un hervidero y Marbella el place to be del momento. Había que dejarse ver, chata. La ciudad sufrió un cambio espectacular, toda esta jet set supuso un antes y un después; Marbella pasó de un pueblo de pescadores al epicentro de la vida social nacional e internacional.

Pero siento decirles que todo lo que sube, baja y viceversa. Por ello, tras pasar uno de los episodios patrios y de la política nacional más duros con la figura del recientemente fallecido Julián Muñoz, Mayte Zaldívar e Isabel Pantoja —un triángulo que hizo temblar los cimientos marbellíes y que a día de hoy muchos ni perdonan ni olvidan—, ahora Marbella está inmersa en otra etapa totalmente distinta y cargada de reconocimientos.

Marbella logró dos importantes premios en el primer semestre del año: el premio al Mejor Destino Europeo para 2024 y el premio al municipio andaluz con más playas con Bandera Azul; con una media de 320 días de sol al año y 27 kilómetros de costa, imposible no decantarse por visitarla. Aunque sigue estando plagada de turistas prácticamente los 365 días del año, he de decir que los marbellíes de pura cepa existen, un servidor los ha visto; luchan por sacar adelante a su ciudad día a día. Y gracias a ellos vuelve a estar en la cresta de la ola, pero de otra manera, desde el sosiego y con cabeza; ha recuperado la excelencia y su esplendor de la mano de proyectos únicos que ponen en valor la esencia, la cultura y la historia de esta localidad que, ante todo, es hermosa, hospitalaria y con gente que merece la pena.

Uno de esos mágicos proyectos impulsores y transformadores de la localidad es el Relais & Châteaux La Fonda, un lugar de ensueño y que está íntimamente ligado a Marbella.

En este espacio parece que el nostálgico otoño y el frío invierno no llega, es el eterno verano siempre. Ubicada en la pintoresca plaza de Santo Cristo, en el corazón del casco antiguo de Marbella, Relais & Châteaux La Fonda Heritage Hotel celebra su extraordinaria historia, combinando la emblemática arquitectura del siglo XVI con modernas instalaciones y servicios en un enclave histórico que concentra la esencia y la sofisticación marbellíes. Con restaurantes gastronómicos, patios abiertos y un sky bar, este hotel boutique de 20 habitaciones desprende encanto andaluz por los cuatro costados en un entorno elegante; es un auténtico homenaje a la cultura local, la gastronomía y la hospitalidad. Desde catas de vino y de aceites ecológicos hasta baile flamenco y recorridos privados a pie por el casco antiguo de Marbella, se puede descubrir la rica cultura y la pasión de Andalucía a través de las experiencias creadas por La Fonda.

Compuesto por tres propiedades históricas cuidadosamente restauradas, el edificio que alberga La Fonda fue una residencia privada, más tarde se convirtió en una iglesia y, posteriormente, en una escuela. Todo ello antes de que los diseñadores Jaime Parladé y Duarte Pinto Coelho lo transformaran en un hotel de lujo en los años 60. A finales de los 80, La Fonda se convirtió en el primer restaurante con una estrella Michelin de Marbella. Un espacio que fue, durante muchos años, el lugar de encuentro de la jet set internacional, intelectuales, artistas y aristócratas. Además, durante las excavaciones del proyecto de restauración arquitectónico de Relais & Châteaux La Fonda, tuvieron lugar algunos de los descubrimientos arqueológicos más extraordinarios ocurridos en Marbella en los últimos años: se hallaron vestigios de la época nazarí del siglo XIII y la nave de la Iglesia de San Sebastián, del siglo XVI, así como murales y frescos del siglo XVIII. Pura magia.

Pero es que, además, La Fonda es destino gastronómico. Sí, se puede entrar a comer. Con tres restaurantes, Relais & Châteaux La Fonda ofrece una variedad de experiencias gastronómicas, entre las que se halla su restaurante, que combina productos andaluces y mediterráneos con sabores universales y que ahora entra de lleno en una nueva etapa de la mano del chef Jorge González —ahí va una exclusiva para aquellos foodies que aún no lo sepan—, un maestro de los fogones que imprime en cada receta su propio carácter, único y novedoso para Marbella. La Fonda se erige como un punto de encuentro gastronómico de primer nivel, ofreciendo una experiencia culinaria innovadora. Cuenta con tres estancias distintas, entre las que destaca la zona de la iglesia de San Sebastián, del siglo XVI, que representa una mezcla ecléctica de diseño moderno yuxtapuesto a la arquitectura original.

En su elegante sky bar donde se puede disfrutar de cócteles con champagne, ostras y mariscos bajo el cielo nocturno. Por las mañanas, las encantadoras terrazas de Los Patios de La Fonda brindan un coqueto lugar para disfrutar del desayuno en el frondoso patio. Un espacio en el que, además, se servirá durante todo el día un menú estilo brunch. La copropietaria, Lauren Gilbert, define los restaurantes del hotel como las joyas de la corona de La Fonda. Todo ese concepto chic, glamouroso, de brillos, de viveza extraordinario y elegancia, y con focos hacia nuestra persona —como diría Isabel Pantoja— de Marbella está aquí, pero con mucha elegancia y sofisticación. Relais & Châteaux La Fonda Heritage Hotel es el perfecto ejemplo de ese lujo silencioso del que tanto anhelamos disfrutar.

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