Rehén en la Moncloa

Moncloa

La apropiación de la política por los cerebros vulgares del sanchismo empuerca nuestra sociedad. El mensaje de Sánchez: «¡Salvar a Begoña y hundir a Ayuso!», (basado en otra estúpida idea del bufón Bolaños) ha devuelto a primer plano el caso Koldo y sus infinitas ramificaciones, donde también reaparece, mira tú por dónde, la dama que habría que salvar. El Gobierno Frankenstein-2 se ha corrompido y dividido tanto en tan poco tiempo que ya no distingue si son ellos los corruptos, sus socios de Sumar o ambos a la vez. Las distintas mafias separatistas con las que se ven en secreto en Ginebra afirman que las traiciones y las trampas son lo único que esperan de estos fulleros. Nadie los cree. Y si tales tribus de mercaderes se muestran firmes en sus intenciones es por tener de rehén en la Moncloa a su payaso estelar.

Luis Balcarce, director adjunto de OKDIARIO, habla de descalabro en el matrix sanchista. La campaña de bulos contra el PP lanzada por terminales mediáticas del Gobierno para tapar el caso Koldo hace mea culpa en tiempo récord. Infolibre, de Jesús Maraña, admite que mintió sobre Feijóo: «La Xunta no ayudó a la empresa de su mujer». Un truco que define a los que le hacen el trabajo sucio a Sánchez, primero esparcen la mierda y luego se arrepienten. Ruda hipocresía… Eva Cárdenas es una mujer honrada. Se graduó en Económicas y Diseño Industrial en la Universidad de Santiago de Compostela. No necesita que le inventen estrambóticos currículos como a Begoña Gómez.

La psicosis depresiva que refleja el rostro del ególatra equivale a sentimiento de ruina. Puigdemont presume de haberle convertido en su títere y de hacer con él lo que le apetezca, hiriendo de asco al muñeco. El genial Albert Boadella, en los Premios Tabarnia, también lo puso en su sitio: «Para todos aquellos catalanes que nos sentimos españoles y orgullosos de nuestra tierra en donde se nos insulta y desprecia, siendo los que lo hacen tan solo una banda de indocumentados que, cual muertos vivientes, imploran con sus manos extendidas que alguien los devuelva a la vida o definitivamente acabe con ellos».

Albert, enarbolando siempre la bandera del humor mordaz y burlesco ante la muy dramática realidad del procés y la demencia terminal, de algunos sectores independentistas, que hoy además están sometiendo a España y los españoles al más despreciable chantaje. Todo ello, a sabiendas de que su interlocutor, que preside el Gobierno, es un irresponsable enfermo de soberbia, capaz de humillarse, vendiéndonos a todos por mantener unos efímeros lujos de poder, que cuando su figura caiga, que caerá, no tendrán compasión ni piedad en enterrarlo muy profundamente.

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