Para que luego digan que son gente de paz

Para que luego digan que son gente de paz

El hecho de que el Ejército, como informa OKDIARIO, haya desplazado a Cataluña una unidad especial experta en seguridad, tras constatar que sus instalaciones serán objetivo de las iras separatistas después de la sentencia del procés, revela cuál es la situación en Cataluña, un territorio bajo la permanente amenaza del doble frente secesionista -político y «civil»-, conjurados en una permanente estrategia de confrontación con el Estado. Para que luego vengan los separatistas a decir que Cataluña es un remanso de paz y un ejemplo de convivencia democrática.

El temor de las Fuerzas Armadas no está basado en suposiciones, sino en los datos recabados por los responsables del Centro de Seguridad del Ejército de Tierra (CESEGET), que apuntan a que la Capitanía General  de Barcelona, sede de la Inspección General del Ejército, será el objetivo principal de los separatistas radicales.

El diagnóstico de la situación en Cataluña lo describió con precisión meridiana el general Pedro Garrido, director de la Guardia Civil en esa  Comunidad, pero sus palabras han sido consideradas «inoportunas» por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Ese es el problema, que mientras el independentismo intensifica su estrategia de confrontación hasta el punto de que el Ejército tiene  que desplazar una unidad especial para defender sus instalaciones, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se mueve en una ambigüedad insultante, fruto de sus cálculos electorales.

Sánchez mira a Cataluña no con los ojos de un gobernante dispuesto a defender el interés nacional, sino con los ojos de un político rentista que actúa a conveniencia de parte. Hará lo que más le interese: seguir a lomos del apaciguamiento o aplicar el artículo 155 de la Constitución, dependiendo de lo que entienda que pueda ser mejor para sus aspiraciones políticas personales.

El Ejército de Tierra se prepara para ser objeto de las iras de los separatistas, el director de la Guardia Civil en Cataluña expresa la firme voluntad del Cuerpo de defender el marco constitucional  y el Gobierno de España, abrazado al tacticismo electoral, le afea la conducta a un general que ha dicho verdades como puños. Esta es la triste realidad nacional. Este es el paraíso catalán.

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