Al presidente ‘fake’ le persigue un gafe

presidente fake

«Cuanto más se acerca el colapso de un imperio, más locas y arbitrarias son sus leyes», (atribuido a Cicerón, fundador de la ciencia del derecho).

La cita nos descubre en qué diantres andan metidos Sánchez, el presidente fake, y Conde-Pumpido, el obsceno presidente del Tribunal Constitucional. Está claro, en lo de producir conjuntamente una amnistía a la carta para elaborar un golpe de Estado propio de conspiradores. ¿Y se creen que pueden hacer impunemente lo que les venga en gana con las leyes? Parece ser que sí. Actúan con absoluto desprecio de los derechos de los demás, como si tuvieran la patente de corso. Si queda un hilo de dignidad en ambos deberían dimitir por el enorme daño que le están haciendo a la nación.

Fraudes, patrañas e indecencias de este gobierno jalean el odio, hemos pasado de la lucha de clases a cualquier clase de lucha, todo vale para que nos enfrentemos. Socios y mafias de la ultraizquierda han hecho el aire irrespirable por defender a los asesinos de Hamás, condenando a los judíos. El presidente fake y la barbie hinchable se rodean de pésimos consejeros, de muy mala gente que desea pinchar el globo de la falsa coalición. Ponerse del lado de los criminales salvajes que violan a niñas y degüellan a bebés ha arruinado su imagen idílica. La atracción fatal del poder crea envidias, fabrica enemigos. Fake ya no baila con Barbie. Ahora se escupen y traicionan.

Sánchez & Pumpido urdirán vejaciones a granel para favorecer a los violentos separatistas y que le den sus 14 votos de m… al gañán. Cuando el poder judicial se deja dominar por el ejecutivo, tenemos dictadura. Fake, harto de que le piten donde vaya, de que le persiga un gafe, está dispuesto a hundir España y a quitar de en medio al Rey, para resolver su problema personal y lograr lo único que le importa, que es seguir en Moncloa. Las dos últimas manifestaciones masivas contra él, la de Barcelona y la de la Hispanidad, dejaron patente que los sonoros: «¡Viva España!» y «¡Viva el Rey!», que aún retumban, se lo van a poner difícil. Y si vamos a nuevas elecciones, le veremos bailando el zompopo en Caracas con Maduro por Navidad.

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