Los peregrinos de Franco

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El Gobierno de Sánchez, tan laico y aconfesional y socio de Pablo quemaIglesias Turrión, ha pisado más veces suelo parroquial que un monaguillo vaticano asistiendo a las Jornadas Mundiales de la Juventud. Sánchez ha mandado a la vicepresidenta Carmen Calvo —esa eminencia intelectual de frases como «yo he sido cocinera antes que fraila» o «el dinero público no es de nadie»— a negociar con una de las mejores diplomacias del mundo, la vaticana.

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