Entre Almodóvar y el ‘facuo’

Pedro Almodóvar
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Debo escribir y escribo que como jamás he visto una película del atrabiliario director manchego no puedo decir si tiene algún talento para la cosa o es, simplemente, un invento fatuo y coyuntural atizado por todas las progresías (sic) cuyos hechos no se compadecen con las peroratas agitadoras.

La vuelta de Pedro Almodóvar a la pancarta partidaria a unos meses de las elecciones no es algo nuevo, ni reprochable. La democracia liberal puede aguantar al esperpento; eso sí, con información clara sobre el por qué y el cuánto. Sorprende, en cualquier caso, el activismo sectario irredento del autor de determinadas patochadas cinematográficas, a su edad, a sus hospitales privados, a sus yates, a sus posesiones inmobiliarias en el Madrid de los Austrias, sus cuentas en paraísos fiscales (Panamá) y su nivel de vida obsceno. Cierto es que con los gobiernos del PP, Almodóvar también llamó a su hermano para que esos gobiernos llenaran sus cestos desde RTVE. ¿Que con la izquierda la morterada de subvenciones presentan dígitos más abultados? ¡Claro!

Sorprende, incluso entre sus propios conmilitones, que a su edad, el desvencijado Almodóvar, no sepa que el ridículo queda más chuli antes de cumplir los veinte años.

Leo esto en un periódico con vitola de seriedad:
-Garzón (el ministro inexistente) reparte 8,7 millones de euros entre ocho asociaciones de consumidores. Representa el 60,4 por ciento de los 15 millones que ese departamento dedica a subvenciones sin contraprestación alguna.

Ahora se explican algunas posiciones políticas convenientemente esparcidas (en plan militante y desde Sevilla) desde los medios del gobierno socialextremista. Un tal Rubén Sánchez, el dueño de Facua, ha recibido 1,9 millones de euros (el principal beneficiado), seguido de Adicae, Asufin, OCU, y una Asociación de Usuarios de la Comunicación (¿esto qué es?).
Aquí mucha ideología, oiga, mucha obscenidad sectaria, pero, ojo, cobrando, ¿eh?

PD. Por cierto, ¿cuándo vamos a conocer los sueldos y sobresueldos de los dirigentes de estas asociaciones? ¿Hay que recordar que se trata de dinero público?

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