No hay bandera palestina que pueda tapar la corrupción del PSOE

La perfomance del PSOE en la Asamblea de Madrid terminó en ridículo, una vez más, porque frente a la bandera palestina exhibida por la portavoz socialista, Mar Espinar, en mitad de su alegato contra Ayuso, la presidenta madrileña despachó el asunto subrayando la hipocresía de un partido que cree haber encontrado la forma de tapar su corrupción: cubrirla con la bandera del pueblo de Gaza mientras reniega de la bandera de España. El problema es que el PSOE no es consciente de que por muchas banderas palestinas que despliegue es imposible lograr que la opinión pública se olvide de los casos de corrupción que afectan al PSOE y al entorno más cercano de Pedro Sánchez, entre otras cosas porque sólo estamos al principio y el horizonte penal no se va a despejar llamando todos los días genocida a Netanyahu.
La estrategia tiene muy poco recorrido, porque más allá de tratar de excitar los ánimos de los votantes de izquierda lo cierto es que lo que tiene por delante Pedro Sánchez no se arregla sobreactuando con Israel. Si el PSOE piensa que retirando a España de Eurovisión o amenazando con hacer lo propio en el Mundial de fútbol con la selección nacional va a conseguir borrar sus escándalos de corrupción, es que ha perdido el contacto con la realidad.
Los socialistas madrileños han decidido que lo más eficaz en estos momentos es criticar a Ayuso acusándola de colaboracionista del Gobierno de Israel, una estrategia que es una melancólica exhibición de impotencia. Su portavoz, Mar Espinar, responde a ese patrón impuesto por el nuevo líder socialista madrileño, Óscar López, que ha hecho del enfrentamiento con Ayuso una constante que amenaza con llevarle directamente al panteón de los ilustres líderes del socialismo madrileño caídos en combate. Tiempo al tiempo. Mucha bandera palestina, mucha perfomance y poca, pero muy poca chicha. Más allá de la bandera no hay nada. Bueno sí, el mismo páramo de siempre.