«Ningún jugador es mejor que todos juntos»
En la década de los 50 y principios de los 60, la rivalidad entre el Real Madrid, del que se decía ser el «equipo del Régimen», y el Barça, se centraba básicamente en dos estrellas: Alfredo Di Stéfano y Ladislao Kubala. Ni Leo Messi ha logrado aún protagonizar una película de cine comercial, se hace referencia a Maradona en la reciente La Mano de Dios, de Paolo Sorrentino, y Pelé aparecía en la selección de prisioneros aliados en un campo de concentración nazi, enfrentados a una selección de soldados alemanes en Evasión o Victoria, de John Huston, estrenada en 1981.
«Kubala, los ases buscan la paz», se proyectó en España en el año 1954 y la réplica llegó a las pantallas, aun en blanco y negro, dos años más tarde con «La Saeta Rubia», apodo con el que se conocía al rubio delantero argentino. El director Luis Marquina cerró la contienda fílmica con «La batalla del domingo» (1963), dedicada al jugador del Real Madrid cuya frase «Ningún jugador es tan bueno como todos juntos», inspira hoy este blog.
Hay equipos en los que resulta inevitable coronar a un futbolista sobre los demás, los citados Messi y Maradona son ejemplos paradigmáticos. Sin embargo hay una diferencia sustancial entre los polémicos finalistas de la reciente Supercopa de Arabia, la de España ha sido vendida por la Real Federación Española de Fútbol, con comisionistas al estilo Laporta. Mientras Florentino Pérez venera a Vinicius, su entorno ensalza a Mbappe por encima de un colectivo deshecho a partir de la retirada de Kross y los últimos coletazos de Modric, en la Ciudad Condal impera el juego de conjunto más allá de que Lamine pueda llamar la atención. Ese «todos juntos» impera en el tercero en discordia, el Atlético, actual líder, pese a la popularidad bien ganada de Nico Williams, y lo mismo podemos decir del Mallorca al que, por otro lado, no le queda más remedio.
Tal vez si el ex mallorquinista Luka Romero hubiera pensado así en lugar de anteponer sus intereses económicos sobre su formación deportiva, hoy no estaría a punto de firmar su quinto contrato, ahora en Méjico, con solo 20 años. ¡Suerte, chaval!.