El ministro Torres, el siguiente en la lista

Torres mascarillas

Si la gestión de Francina Armengol en relación con la compra de mascarillas a la empresa vinculada a Koldo García viene envuelta de sombras de sospecha cada vez más espesas (tanto como su rueda de prensa en el Congreso), la gestión del ex presidente socialista canario y hoy flamante ministro de Política Territorial (es sorprendente que Sánchez haya elevado a lo más alto a dos de los políticos del PSOE situados en el centro de la trama) no se queda atrás. Y es que las mascarillas que la trama Koldo compró para revenderlas por un 90% de su precio a Canarias tenían «defectos mayores», gomas de sujeción que se despegaban, pinzas de ajuste mal pegadas e incluso agujeros que las hacían inservibles. O sea, que eran inútiles de todo punto. Todo eso lo reveló una inspección en la ciudad china de Tonghchen realizada por la multinacional especializada SGS, que revisó al azar una de las cajas que iban a ser enviadas a España y fotografió todas las deficiencias. Sin embargo, el Gobierno canario de Ángel Víctor Torres las aceptó  y las incluyó entra las facturadas a cargo de fondos europeos. La pregunta es evidente y es similar a la que cabe hacerle a Armengol: ¿si el material era impracticable, cómo es posible que el Gobierno socialista canario no reclamara la cantidad abonada o, en su defecto, solicitara el envío de un nuevo material en condiciones?

Una de las tandas de mascarillas que el Gobierno canario adquirió a la empresa vinculada al caso Koldo, Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas S.L, llegó por barco desde Shangai a Santa Cruz de Tenerife a principios de febrero de 2021. Fue un cargamento de 555.000 mascarillas FFP2 por las que Canarias pagó 1.387.500 euros, al precio de 2,5 euros la unidad. Las mascarillas recibidas tenían graves defectos que fueron puestos en conocimiento de Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas a través de un informe de inspección encargado por la propia mercantil. Un trámite con el que los comisionistas buscaban certificar que no les iba a ocurrir como en el pasado, cuando los pedidos defectuosos les provocaron quebraderos de cabeza con el Gobierno de Baleares y también contra partida anterior con el mismo Gobierno de Ángel Víctor Torres. ¿Por qué el Gobierno canario tragó con semejante material de desecho? ¿Para beneficiar a la trama de comisionistas?

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