Més, camino de la ruina
La marca blanca de Esquerra Republicana per Catalunya en Mallorca avanza hacia su inmolación. Van a aguantar hasta las elecciones porque el progresismo no entiende de dignidad y el Pacte sería capaz de arrastrarse hasta las cloacas con tal de mantenerse en el poder, pero la degradación del que en su día fuera partido ecologista y soberanista ya es absoluta. Armengol les ha utilizado para que firmaran la factura de Prisa y han caído en la trampa como pardillos. Es muy difícil que a partir de ahora sean capaces de mirar a la cara a uno solo de sus votantes.
La rúbrica de Fina Santiago en el contrato que proporcionó más de un millón de euros a Prisa, dinero que en gran parte procedía de la Ecotasa, por lo que debería haber sido utilizado para fines mucho más específicos, según el propio ideario de Més, es la sentencia definitiva para un partido que ya había virado hacia el pancatalanismo más radical y que no vacilaba en señalarse como partidario del filoterrorismo de Bildu.
Y por si eso fuera poco, cuando OKBALEARES ha desvelado que, además, la consellera secesionista y ecologista, porque en sus orígenes formaba parte de Els Verds, ha cedido totalmente gratis el velódromo para celebrar el concierto de la Gala 40, ya se han disparado todas las alarmas. Més per Mallorca o, lo que es lo mismo, ERC per Mallorca, es ya un cadáver político al que sólo cabe poner fecha de caducidad. Será en 2023 y se dará la mano con Ciudadanos, otro que está destinado al mismo final. A Més sólo le quedan ya los radicales pancatalanistas. Más allá de eso ha perdido toda credibilidad entre sus votantes. Y se lo ha ganado a pulso, que conste.
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