Mejor llamarla Oficina de Intereses del Gobierno
En su afán de darle un barniz de independencia que no tiene, porque no es otra cosa que una dirección general del Ministerio de Transformación Digital y Función Pública, el Gobierno de Pedro Sánchez ha acordado una reforma de la regulación de la Oficina de Conflicto de Intereses, el organismo que no hace mucho exculpó al presidente de un presunto conflicto de intereses con su mujer, la imputada Begoña Gómez. En el colmo del sarcasmo, el Ejecutivo pretende hacer creer que dicha Oficina es autónoma y tiene plena autonomía e «independencia funcional». Para partirse de risa.
La nueva regulación aparece recogida en el anteproyecto de Ley de transparencia e integridad de las actividades de los grupos de interés que el Consejo de Ministros aprobó este martes y que crea un registro de lobbies para «garantizar una mayor rendición de cuentas». En el texto se asegura que «ni la persona titular de la Oficina, ni las personas titulares de las subdirecciones que la integran, ni el personal que presta servicios en la misma podrán solicitar ni aceptar instrucciones de ninguna entidad pública ni privada, y tendrán el deber permanente de mantener en secreto los datos e informaciones que conozcan por razón de su trabajo», señala el documento. Puro esperpento.
Y en la apoteosis de la hipocresía se remarca que «a efectos puramente organizativos y presupuestarios, la Oficina se adscribe al Ministerio competente en materia de prevención de conflictos de intereses, a través de la Secretaría de Estado de Función Pública». Pues no hay más preguntas, señoría. Si la Oficina de Conflictos de Intereses depende del Gobierno, mejor llamarla, para evitar la carcajada, Oficina de Intereses del Gobierno. Lo de Conflictos sobra.
Cabe recordar que el pasado marzo, esta Oficina dio carpetazo a la denuncia que presentó el PP contra Sánchez por las decisiones adoptadas por el Gobierno de forma favorable a los negocios de su mujer. El archivo se produjo tras recibir de Moncloa un escrito de apenas 9 líneas, recabando así únicamente la versión del propio Ejecutivo, como reveló OKDIARIO. Entonces, ¿para qué tanto cinismo?