Madrid 2019: ¿por qué no Soraya?
El pasado siempre vuelve. O no. En este caso es posible. Las calculadoras echan humo, los engranajes están lubricados al 100%, la maquinaria empieza su puesta a punto integral. Y no hay decisión que no se aborde a nivel de partido que no tenga en cuenta el escenario con el que nos toparemos en un año escaso: unas autonómicas y municipales a cara de perro en las que, plaza por plaza, los candidatos se van a dejar la piel. El nivel de incertidumbre es brutal. Precisamente por eso vuelve a cobrar fuerza estos días en el cuartel de invierno de Génova la decisión seguramente más delicada: la elección de la persona que permita repetir la victoria que obtuvo Esperanza Aguirre en Madrid pero, infinitamente más importante, que recupere el trono del Ayuntamiento a través del pacto.
Las paredes de la sede de la gaviota escuchan y hablan. “Méndez de Vigo tiene un perfil claramente inadecuado; vamos a necesitar mucho asfalto, mucho rodaje (…) es un político que entre sonrisa y sonrisa pareciera levitar”, remata alguno de los críticos con la portavocía del Gobierno. La ‘Operación Casado’ es, paradójicamente, la más conservadora, y se lleva cocinando a un fuego lento casi imperceptible prácticamente desde la salida de Esperanza. “Nadie duda de los nuestros que sería el elegido de Cifuentes para hacer tándem, pero sería echarle a los leones demasiado pronto (…) Pablo tiene todo el futuro en el partido que quiera, y casi donde quiera, pero la batalla por la capital va a ser cruenta… no pienso en el día después y en su hasta ahora inexistente experiencia de gestión, que es su talón de Aquiles; digo antes, en la propia campaña”, remata uno de los viejos fontaneros del PP.
Y así, en parte por eliminación y muy en gran medida por su perfil rocoso y trabajado emerge, como ya lo hiciese en los últimos comicios, la figura de Soraya. “Todos sabemos que tendría que haber hecho más trabajo de partido, pero está a tiempo (…) es una mujer testaruda en el mejor sentido, está absolutamente consolidada, y las críticas a su perfil son más internas que externas. Es el gran valor”. Así lo ve una figura de la dirección genovesa con un profundo conocimiento de la vida política madrileña y de las claves que moverán a los electores la primavera del 19.
Probablemente sea así. ¿Ha devuelto al PP Sáenz de Santamaría todo lo que el PP le ha dado? ¿No se halla en el Palacio de Cibeles su mayor reto de futuro? ¿Hay mayor desafío de poder, hoy por hoy, dado el empeño de Rajoy no sólo de rematar esta legislatura sino de seguir en lo más alto del cartel en las próximas generales, sean cuando sean, es decir, cuando Ciudadanos decida? Dada la seguridad —salvo daño colateral propiciado por alguna instrucción judicial— de que Cifuentes repita, ¿habría algún ticket con más pegada en términos de marketing político, de consistencia, de mensaje, de liderazgo y de proyecto que el “Madrid 2019: Cristina-Soraya”? En las próximas citas con las urnas —locales, autonómicas, europeas, generales— las mujeres van a jugar un papel de primer orden. En todos los sentidos. Al tiempo.