En lugar de tanta fotito y tanta risita, vete Simón

Fernando Simón

—La foto es graciosa—.

Entre risas, con ese cachondeíto ante la tragedia que a mí me revuelve las entrañas, reaccionó Fernando Simón en la enésima rueda de prensa cuando le interrogaron por la portada que le dedica hoy El País Semanal, en la que aparece vestido de motero para analizar su etapa al frente de la mayor crisis sanitaria que ha vivido nuestro país desde esa mal llamada Gripe Española de 1918 que dejó 300.000 fallecidos por estos lares.

Una imagen que es una burla a los cerca de 50.000 muertos, en gran parte por culpa de su nada graciosa incompetencia, a los 250.000 contagiados globales y a esos 50.000 sanitarios que vieron cómo en mayor o menor medida les sobrevino la enfermedad gracias a un Gobierno que les mandó a la batalla sin sistema de protección alguno.

Permitir un posado a lo Marlon Brando en Salvaje o a lo Schwarzenegger en Terminator con este balance a tus espaldas es un insulto a la inteligencia y, sobre todo y por encima de todo, una afrenta a las familias de los que se fueron sin tener que haberse ido tan pronto. A esa parentela que no pudo despedirse de sus deudos, a esos cientos de miles de españoles que ni siquiera saben si los restos que les devolvieron en una urna eran los de su ser querido. Estoy harto de los que se dedican a canonizar a este desahogado. A esta persona que, al contrario que el ministro Illa que ha destacado por su sobriedad y su seriedad, ha ido de gracioso —con cero gracia, obviamente— en una coyuntura que demandaba y demanda austeridad total en las formas.

No diagnostico al Fernando Simón ser humano, al cual no tengo el gusto o el disgusto de conocer. Desconozco si el antaño opusdeísta alumno de Montearagón y ahora fiel podemita es una buena, una mala o una mediopensionista persona. Lo que tengo claro es que en un país normal, en una democracia de calidad, un sujeto así estaría ya imputado, procesado o eventualmente condenado. Y destituido en la mismísima semana del confinamiento y de ese estado de alarma que tan cachondo pone a Sánchez. Es imposible hacerlo peor, fallar casi el 100% de las predicciones y los diagnósticos que ha formulado.

Me permito el lujo de darle unos consejitos a este individuo que nos ha situado, Pedro Sánchez mediante, como el país líder en todo lo peor. El que más número de víctimas mortales per cápita acumula, el segundo porcentualmente en contagiados tras EEUU y el líder en sanitarios infectados en términos absolutos —que tiene bemoles—. Allá van…

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, tendrías que explicarnos por qué el 28 de enero nos contaste una versión que te deja como un embustero de tomo y lomo: “España está preparada para hacer frente a esta situación”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, deberías pedir perdón por haber afirmado el 31 de enero, con el virus haciendo estragos en Wuhan, que “España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, deberías contarnos por qué seguías con ese tono tranquilizador cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) te había alertado de la gravedad de la pandemia el 23 de enero.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, sería bueno que nos justificases esas declaraciones del 9 de febrero, con ya un positivo en España, en las que jurabas y perjurabas que aquello “no implicaba ninguna situación de riesgo”. En fin, que la vida seguía siendo bella.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, no estaría de más que ahondases en esas aseveraciones tuyas de aquel mismo día en las que añadías que “este patógeno no requiere de medidas de aislamiento”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, nos tienes que confesar que eres un indocumentado. Porque, si no, no entiendo que el 12 de febrero nos soltases una frase que te perseguirá hasta el cielo o hasta el infierno, que ya no sé muy bien dónde acabarás: “La incidencia de la gripe es muy, muy superior a la que pueda tener el coronavirus. El riesgo es muy bajo. Lo cual no quiere decir que no pueda aparecer algún caso”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, sería menester que nos expliques dónde te regalaron el título. Una frase del 12 de febrero disparó las sospechas hasta el infinito: “Los nuevos casos están reduciéndose progresivamente”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, me puedes decir por qué te descongojabas por lo bajini el 13-F tras otra actuación para la historia de la idiocia: “En España no tenemos coronavirus de éste”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, no estaría de más que también aclarases por qué el 20-F nos arrojaste a la cara otra trola de marca mayor: “A nivel mundial el riesgo es moderado, en España, bajo”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, me encantaría que cuando te toque, que te tocará, le cuentes a su señoría por qué el 23-F diste un golpe a la salud de todos tus compatriotas al declarar que “el virus no está en España”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, me puedes traducir qué carajo significaba eso que salió de tu boca el 26-F y que hoy, visto lo visto, cuando tenemos que ir cubriendo nuestra boca hasta para ir a hacer nuestras cosejas al cuarto de baño, te deja nuevamente a la altura del betún: “NO ES NECESARIO QUE LA POBLACIÓN UTILICE MASCARILLAS”. ¿Por qué antes no, y ahora sí so pena de multazo de 100 euros? ¿Por qué en toda Asia este nuevo acompañante de todos nosotros era ya masivo y aquí tú nos disuadías de emplearlo?

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, algún día espero que nos ilumines a todos sobre esas afirmaciones del 28-F en las que subrayabas que “el escenario no plantea la supresión de actos públicos”. ¿Acaso te habían ordenado llegar como fuera al 8-M?

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, te agradeceríamos que nos desveles por qué seguías con ese tan optimista como trolero guión cuando el 25-F la OMS había lanzado una inequívoca alerta mundial sobre “una potencial pandemia”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, espero que también nos ilustres como experto por qué el 4 de marzo señalaste que “cerrar los colegios no reduciría el riesgo de transmisión” y seis jornadas más tarde decías “Diego” donde habías pronunciado ese contumaz “digo”.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, confío en que seas sincero y nos reveles si tienes problemas de conciencia tras haber alentado ese 8-M que disparó el número de contagios un 2.000% tras haber deseado que fuera “un éxito” y tras haber invitado a una concurrencia masiva asegurando que si tu hijo te preguntase si era conveniente ir o no, tú le responderías con un rotundo “sí”. Cuéntame también qué te parece moralmente el reguero de enfermos que provocó tu decisión: Carmen Calvo, Irene Montero, Carolina Darias, Begoña Gómez, su padre y la madre de Pedro Sánchez, entre otros muchos miles.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, me pregunto cuándo pedirás perdón a los españoles por haber aceptado la presión de tus jefes políticos olvidando las evidencias científicas para suspender esa bomba biológica que representaba y fue el 8-M.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, cruzo los dedos para que algún día admitas esa infamia que perpetraste el 7 de marzo cuando nos largaste un cuento chino que demuestra, bien que eres un científico de medio pelo, bien una mala persona: “La situación no cambia, sino que en algunos casos mejora”. Cinco días más tarde, anunciasteis el estado de alarma y nos preparasteis para un confinamiento que se ratificó públicamente el sábado 14. El resto de la historia es tan conocida como padecida por todos los españoles.

—En lugar de tanta fotito y tanta risita, Fernando Simón, sería bueno que te fueras de una vez si te queda algo de decencia. Maldigo la hora en que te pusieron a hacer frente a una tragedia que no supiste o no quisiste ver.

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