Lo que Sánchez pretende hacer con Madrid es puro golpismo fiscal

Impuesto Madrid
Lo que Sánchez pretende hacer con Madrid es puro golpismo fiscal

Expolio, atraco o puro golpismo fiscal. Eso es lo que pretende hacer Pedro Sánchez con la Comunidad de Madrid: una patada a la presidenta Isabel Díaz Ayuso en el trasero de los madrileños. El sectarismo del presidente del Gobierno no conoce límites y se propone responder a las críticas de la presidenta autonómica por su cesión al separatismo catalán imponiendo a Madrid la obligatoriedad del impuesto de Sucesiones e incrementando cuatro puntos los tipos del IRPF a partir de determinados ingresos. Bajo la excusa de que tiene que garantizar la «solidaridad», Sánchez se inventará un segundo impuesto, igual que el de Sucesiones, pero con un tramo mínimo obligatorio, algo a todas luces inconstitucional. Ahora bien, ya sabemos que lo inconstitucional puede dejar de serlo, si le conviene a Pedro Sánchez, con una simple llamada al Tribunal Constitucional.

Para ello, se justificará con la falacia de que Madrid, mientras baja los impuestos a los ricos, reclama al Gobierno más recursos. Es una mentira maciza, porque  Madrid fue la primera comunidad en aprobar una rebaja a las rentas más bajas, que disfrutan del mejor tratamiento de toda España. En esencia, la situación es la siguiente: mientras Sánchez concede a Cataluña la independencia fiscal por la vía de una suerte de cupo, a Madrid la interviene para garantizarse los recursos que necesita para cubrir el agujero que en las arcas del Estado causará el regalo al separatismo para mantenerse en el poder. Es decir, que castigará todavía más a la comunidad más solidaria -la que más aporta- para pagar sus cesiones a ERC.

A Cataluña, le entregará la llave de la caja para que se lo guise y se lo coma sin pedirle cuentas y en Madrid le robará a Ayuso la llave para meter la mano en la caja de la comunidad sin temblarle una ceja. Así entiende Sánchez la igualdad y solidaridad territorial. ¿Cómo llamar a lo que pretende el presidente?  Decíamos al principio que atraco, expolio o puro golpismo fiscal. Esta última definición es la más pertinente.

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