El jaleo de la educación en Cataluña y la cabeza fría de Borràs 

El jaleo de la educación en Cataluña y la cabeza fría de Borràs 

Hace unos días disfrutamos de lo lindo cuando el presidente del PPC, Alejandro Fernández, dio cumplidas felicitaciones a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, por ser «flamante funcionaria del Estado español». Sí, los que no estén al caso: han leído bien. Hace unas semanas obtuvo una plaza como profesora titular en la Universidad de Barcelona. ¿Quién no ha conocido furibundos independentistas ansiosos por conseguir plaza de funcionario en ese estado fascista que es España? Esa es la confianza que tienen ellos en la independencia. Claro que, hablamos de la Universidad de Cataluña. Si la independencia no llega, da igual: seguirán incrustados en la administración sintiéndose como en su casa. El hogar común del ‘nacionalprogreísmo’.

Justamente estos días, los rectores de las universidades públicas catalanas unidos a más de cien académicos e investigadores han reclamado la amnistía para los líderes golpistas tan justamente encarcelados y de esos que se llaman a sí mismos «exiliados» Si repasan la lista verán rostros conocidos de “la causa”: la periodista Mónica Terribas, el dirigente de la ANC Agustí Alcoberro o el ex consejero Andreu Mas-Colell y el jurista Carles Viver Pi-Sunyer.

¿Cómo no va a sentirse a gusto Borrás? Además, hoy por mí mañana por ti. Al fin y al cabo, tendremos gobiernos independentistas para rato, habrán pensado tanto el anterior rector de la UB, Joan Elías (ese que parecía más neutral), la decana de la facultad Roser Boix y el hiperactivo Ramon Tremosa, ahora titular de Empresa, departamento del que depende la Secretaría de Universidades. Son los muñidores de esa plaza a la que sólo se presentó la fresca profesora titular de la Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona  en el cuerpo de funcionarios del Estado.  Hacía más de 15 años que no se convocaba. Muy apropiadamente indignada está mi amiga Chantal Moll, profesora de ese centro, al igual que gran parte del profesorado. Durante 20 años de dedicación académica se les ha impedido optar a ser funcionarios del Estado y por ello obligado a seguir la vía contractual catalana de agregado. “Desde que se aprobó la Ley de Universidades Catalanas en 2003, la UB dijo a los profesores que estábamos preparados para solicitar titularidad que ya no se convocarían plazas de titular porque institucionalmente se apostaba por la vía contractual catalana. Si se cambia criterio, que sea para todos”. El agravio comparativo es flagrante. Se ha forzado a centenares de profesores universitarios catalanes a coger una vía que desgraciadamente tiene muchas desventajas respecto a la de profesor titular. Pero es la que permitirá acogerse a la presidenta del Parlament, que la vida da muchas vueltas y tiene que asegurarse el futuro. Espero de verdad que pongan la lupa en esa convocatoria, sus bases y la adecuada publicidad. E impugnarla si se demuestra incumplimiento de la legalidad.

La alegría de la semana ha venido por el varapalo de la Justicia catalana al modelo de inmersión lingüística en las aulas de Cataluña. Por primera vez, después de años reclamándoselo, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha anulado los proyectos lingüísticos de dos centros educativos públicos por no reconocer el castellano como lengua vehicular. La Asamblea por una Escuela Bilingüe de Cataluña (AEB) ha adelantado las sentencias que dicen que «es constitucionalmente obligado que las dos lenguas cooficiales sean reconocidas por los poderes públicos competentes como vehiculares». No se puede cantar victoria porque la Generalitat amplía su poder para nombrar cargos a dedo en la inspección en los colegios. El consejero, no sólo nombrará inspectores-jefes, sino también a los coordinadores. Vamos a ver cómo se resuelve este nuevo giro en una batalla eterna por la pluralidad y la legalidad en Cataluña.

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