La ideología maleable

La ideología maleable

Así veía Karl Marx su época: “Vivimos en un tiempo en el que las cosas, que hasta ahora eran participadas, pero nunca enajenadas; donadas, pero no vendidas; adquiridas, pero no compradas; en el que la virtud, la opinión, la conciencia o la ciencia; en el que todo, en fin, de abajo arriba se ha sometido a la ley del comercio. Un tiempo de corrupción universal y de universal venalidad”. Casi dos siglos después su mensaje, hoy obsoleto, es una vislumbre de lo que es nuestro mundo. Marx, padre del socialismo científico y bisabuelo político de las podemitas, se ve traicionado por sus bobas parientas, que se arrogan este proverbio: “Vivir bien es la mejor venganza”, hoja de ruta de las manirrotas que vierten nuestros impuestos en sus estrambóticos proyectos y ridículas aventuras, como es largarse a Nueva York en Falcon, a los mejores hoteles, a cogerse una cogorza y a gastarse una millonada.

La ideología maleable de la cuchipandi prefiere gozar a tope de un piyama party in New York antes que cumplir con sus obligaciones. Les importa un rábano dejar en la estacada a un Gobierno que sufraga sus ínfulas y abusos. De ahí que no asistieran a la cumbre de la OTAN. Tan festivas e ingratas son que creen ser las diosas del consejo de ministros, siendo una cuadrilla de perturbadas que triplica los gastos de sus gabinetes. A Sánchez no le queda otro remedio que tragar pues las afilió a su loco propósito de permanecer, sine die, en Moncloa y contribuyó al enriquecimiento de unas marxistas de florero y sauna gay. Cría cuervos y te sacarán los ojos…

Antonio: olvida a dichas ociosas con las que pactaste tu fin, y cuida de que no te roben la hamaca en la que te bronceas y ves pasar, como aves por el cielo, tus últimos días en palacio. Negociar con comunistas equivale a suicidarse. En 2023, a más tardar, andarás como ZP, suplicando favores a Maduro.

Volvamos a las alegres comadres de Windsor. ¿Pero qué son estas ministras comunistas, sino divas con diadema, pues lo único que han logrado, desde que reptaron al gobierno, es enfrentar a todos los españoles, sembrando malicia y odio a mansalva? Aparte de forrarse, hasta hartarse, haciéndole regates a la ley, ¿para qué sirven semejantes incultas que hablan con faltas de ortografía y que se conducen como trileras de feria ambulante? José Bono, tirando de sorna, las clava: “Las de Podemos Unidas, al paso que van, como se descuiden, van a tener más cargos públicos que votos, porque en su extremismo y su radicalidad se han ido empequeñeciendo”. Lo dice un socialista que no acepta, ni entiende, tan esperpéntica como desastrosa coalición.

Para poner en su sitio a la cuchipandi bastaría recordarles aquel servil estribillo que el funcionariado cubano le cantaba a Fidel: “Somos comunistas, pa lante, pa lante, y al que no le guste, que tome purgante”. Yo me quedo con la frase que un superdotado, de la talla de Antonio Escohotado, le soltó a Pablo Iglesias, dejándolo mudo: “Es fácil ser comunista en un país libre, lo difícil es ser libre en un país comunista”. Así que el desprestigiado coletas, y sus inútiles chicas de atrezzo, no se tiren pegotes. Que están a punto de desaparecer, como el sátrapa Sánchez. Dios los cría y juntos se van a Caracas.

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