Sánchez recibirá a Aragonés en Moncloa el viernes para evitar la ruptura con ERC tras Pegasus

La reunión bilateral será antes de la mesa de negociación, prevista para finales de julio

Aragonés chantajea a Sánchez: exige una reunión «de Estado» a cambio del apoyo de ERC tras el espionaje

Pedro Sánchez y Pere Aragonés.
Pedro Sánchez y Pere Aragonés.
Joan Guirado
Dos meses después de que acordaran verse “de forma inminente”, en un encuentro celebrado el pasado 6 de mayo en Barcelona, Pedro Sánchez y Pere Aragonés se reunirán el próximo viernes 15 de julio en el Palacio de La Moncloa. Aunque el presidente catalán le quería dar un simbolismo especial a la cita, a modo de bilateral entre dos mandatarios de dos estados distintos, el Gobierno reducirá al máximo esa pomposidad. Es más, aunque inicialmente el encuentro iba a ser en Barcelona, el ministro de la presidencia Félix Bolaños ha anunciado que el encuentro se producirá en Madrid. Será una reunión previa a la celebración de la mesa de negociación del referéndum. La de Aragonés coincidirá también con la recepción a otros presidentes autonómicos recién elegidos como Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León).
La reunión fue solicitada por Pere Aragonés tras conocer el espionaje a varios líderes independentistas por parte del CNI -con autorización judicial-. Sánchez fulminó a la ex directora de los servicios de inteligencia  para contentar a ERC y llegar con una contrapartida bajo el brazo al encuentro con el presidente catalán. Pero Aragonés le pedirá más: la cabeza de la ministra de Defensa Margarita Robles. Que no cesará. La ruptura de las relaciones que esta cuestión supuso entre los dos socios, que se está arreglando muy lentamente, es de una gran preocupación para el Partido Socialista. De ahí la rapidez con la que actuó Sánchez en un inicio. Fue Aragonés el que, cuando Moncloa ya había ofrecido fecha a la Generalitat para que el jefe del Ejecutivo viajase hasta allí, paralizó el encuentro.
Ahora, con esas relaciones empezándose a normalizar de nuevo, tras la celebración de dos reuniones entre el ministro Félix Bolaños y la consellera Laura Vilagrà -la última este mismo viernes en la que se ha acordado este encuentro-, y con un gesto por parte de ERC a no bloquear la ley de Memoria Democrática en el Congreso apostando por la abstención, el Gobierno vuelve al punto de partida de no complacer excesivamente a los republicanos. Por eso, pese a las exigencias de Aragonés de cómo tenía que ser esa reunión, vendiéndose él como víctima y Sánchez como el que iba a pedirle perdón, ahora busca camuflar la cita viéndose en cuestión de días con otros presidentes autonómicos, que fueron elegidos recientemente en las urnas. Es habitual que el presidente concentre en un mismo día o en dos estas recepciones a líderes regionales en La Moncloa.

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