Espionaje con Pegasus

Aragonés chantajea a Sánchez: exige una reunión «de Estado» a cambio del apoyo de ERC tras el espionaje

Aragonés reclama que ese encuentro se produzca "de forma urgente y sin tiempo acotado", tras conocer que fue espiado

Sánchez se humilla ante Aragonés tras su enfado por espiarle: «Mi respeto, querido president»

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Joan Guirado

Un formato similar a la cumbre de Pedralbes que el 21 de diciembre de 2018 sentó frente a frente a Quim Torra y Pedro Sánchez en Barcelona. Una reunión «entre iguales, entre los representantes de dos países». Eso es lo que quiere Pere Aragonés con Pedro Sánchez, «de forma urgente y sin tiempo acotado», tras conocer que fue espiado por el Centro Nacional de Inteligencia con autorización judicial. El presidente catalán se lo ha trasladado esta mañana al presidente del Gobierno, que ha recogido el guante del encuentro, aunque sin concretar ni fecha, ni lugar, ni formato. Ambos gobiernos hace meses que posponen la mesa de negociación del referéndum.

Pere Aragonés, antes de ese breve encuentro con el jefe del Ejecutivo que se ha producido esta mañana, de apenas tres minutos, antes de unas jornadas económicas, ha explicado en una entrevista radiofónica que «las relaciones con el Gobierno y con el PSOE están rotas». «No hay confianza» resumía el presidente regional. Precisamente la semana pasada, en la sesión de control en el Congreso, Pedro Sánchez reclamaba a Gabriel Rufián «reconstruir la confianza» que se había cercenado antes del reconocimiento oficial por parte de la directora del CNI, Paz Esteban, del espionaje. Ahora todo ha ido a peor.

El líder del PSOE mantiene su «compromiso con el diálogo». «Mi profundo respeto por Cataluña, querido president» decía nada más comenzar su intervención, en el Cercle d’Economía para dirigirse a Pere Aragonés. El presidente del Gobierno ha remarcado, ante un president con posado serio, que «no hay propósito más noble, crean lo que crean y representen lo que representen, que construir convivencia para sus ciudadanos». Los socialistas siguen apostando por sus socios separatistas y por eso, en las últimas horas, ha crecido el malestar en Ferraz con el ministerio de Defensa y los servicios de inteligencia por poner en peligro su estrategia con ERC. Saben que, prácticamente por primera vez en estos dos años y medio de mandato, la legislatura está en riesgo real.

Sólo «un encuentro inminente, sin líneas rojas, en el que se pueda hablar de todo y buscar soluciones a la vez que se asuman responsabilidades», aseguran en el Palau de la Generalitat, puede salvar el apoyo de ERC a los socialistas. Todo lo que no vaya en esa línea, añaden, «no dejará otra que escenificar la ruptura». Aragonés exige «transparencia, asunción de responsabilidades y garantías de que no se utilizan los aparatos del Estado para actuar políticamente en contra de las instituciones catalanas» para reconstruir la confianza. El presidente catalán «tiene mucha presión» por parte de sus socios de Junts y la CUP y la posibilidad de un adelanto electoral en Cataluña apremia al dirigente separatista.

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