Un horizonte penal aún más negro que su futuro político

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La Policía no tiene dudas: el portavoz de Po0demos en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique, es la persona que realizó el envío de 30.000 euros de la ‘Caja B’ del partido a una productora que, en teoría, iba a realizar un programa de entrevistas que, finalmente no se llevó a a cabo. Pero los 30.000 euros fueron transferidos, de modo que la UDEF entiende que estamos ante el desvío de fondos provenientes de dinero público de la denominada ‘caja de solidaridad’ podemita a esta asociación afín. En suma: Podemos justifica que la cantidad iba a destinada a » impulsar un movimiento popular» y una «transformación social utilizando la comunicación como herramienta colectiva», pero enviados los 30.000 euros nada más se supo del proyecto. Porque las entrevistas, que tendrían una duración de 15 minutos y se producirían a lo largo de 6 capítulos por temporada, no vieron la luz.  No consta en la web de la productora ni en ninguna de sus plataformas.

No hay que ser un lince para sospechar que lo que verdaderamente ocurrió es que Podemos simuló un pago por trabajos inexistentes. Algo parecido ocurrió con la empresa chavista Neurona, que recibió cantidades por la realización de una serie de trabajos en campaña electoral que tampoco se llevaron a efecto.

Pablo Echenique, que tiene un largo historial de encontronazos con la justicia -fue sancionado con 11.000 euros por la contratación irregular de su asistente y fue condenado a indemnizar con 40.000 euros al hermano de una víctima de asesinato al que llamó «violador»- se enfrenta a un horizonte penal cada vez más negro. Porque la Policía tiene claro que los 30.000 euros salieron de la cuenta podemita controlada por Pablo Echenique. Podrá seguir arremetiendo contra la justicia y la Policía, pero no le va a valer de mucho. Parece evidente que su futuro político cursa en paralelo con su horizonte penal. Desde luego este último parece mucho más largo.

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