Los hijos del odio

Los hijos del odio

La Atenas de Pericles, que apenas tenía 60.000 votantes libres, mal vestidos, que dependían económicamente de la esclavitud y de los botines de guerra, dio lugar a un florecimiento cultural mayor que el de la democracia libre de los Estados Unidos, incomparablemente más numerosa. De donde se deduce que a los usureros de Podemos no les hacía falta reclutar a tanto antisistema y demás asilvestrados para formar un partido mínimamente solvente. Pericles consolidó la democracia como sistema político, sin tener que echar mano de la gentuza, los hijos del odio. Esa es la gran diferencia entre los ideales de un genio y la ideología de Iglesias, Echenique y Monedero.

Cuando la zona noble del cerebro presume de valores inexistentes, su portador nos está engañando. “Si miente el alma, ya no es el alma la que habla, sino su corrupto pensamiento”, escribió Schiller. Valga este scanner mental como retrato del profesor que puso rumbo a la codicia y defraudó a Hacienda con la intención de pagar su hipoteca de revolucionario, pues hoy roza el honor de ser un burgués. Ningún bien pensado se atrevería a comparar a Podemos con una banda de quinquis. Todos sabemos que se trata de una organización benéfica que recauda fondos para sus propios fines, nunca mejor dicho. Que se lo pregunten al Tío Gilito bis de Galapagar, al rencoroso nacido en Rosario o al politólogo friki.

Los ministros del PSOE no soportan a los ministros morados, se han hartado de la nefasta coalición socialcomunista y, sobre todo, del gafe y muy maldito dúo formado por Irene y Pablo, que hilvanan escándalo con escándalo y sandez con sandez, pues cada vez que abren la boca les crean problemas innecesarios que comprometen el buen nombre de España en el mundo. Biden ha dado a entender que no recibirá a Sánchez mientras no elimine a los bolcheviques de su Gobierno. El rey alauita, tampoco traga a Iglesias, por considerarlo un saharaui oportunista y nuestro Rey, elegante siempre, pone cara de póker cada vez que se topa con el hortera del moño samurái. A la UE se le ponen los pelos de punta pensando que Rufián y Otegi también integran la guardia de corps del presidente.

El panorama que nos brindan los hijos del odio fomenta el desastre, basta ver cómo arden las ciudades y machacan a pedrada limpia a las fuerzas del orden. Así es la democracia que proponen los líderes del atroz comunismo.

 

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