Guaidó y Maduro, la fuerza del débil

Guaidó y Maduro, la fuerza del débil

¡Qué más se puede decir de Juan Guaidó cuando el mundo entero ya lo ha dicho casi todo de él! Lo que no se ha dicho aún es que es una mezcla de Obama y de Leopoldo López, en cuanto al carisma del primero y al valor y férrea personalidad del segundo, líder opositor al gobierno venezolano, actualmente en arresto domiciliario. Incluyo que Guaidó nació en la misma fecha que Hugo Chávez, un día 28 de Julio, pero con un aura bien distinta a la del criminal narcodictador, pues Guaidó representa la confianza del pueblo de Venezuela, por carecer de tacha alguna y estar alejado de esa fama aterradora que hizo macabramente célebre al ‘gorila rojo’, a quien mantendremos en su nicho, no vaya a resucitar bailando y aplaudiendo las atrocidades que viene de cometer –140 muertos– su sucesor, Nicolás Maduro.

Lo dicho tuvo respuesta boxística en Caracas y puso al tiranosaurio  Maduro contra las cuerdas. Esto es innegable. Se alcanzó el punto de no retorno para el sufrido pueblo venezolano y miembro del mundo occidental, el cual, por fin, le planta cara, con los cojones de Guaidó, a la industria bolivariana que fábrica comunistas y ladrones en serie  que sólo buscan arruinar la sociedad en provecho propio. Guaidó es uno de los muchos jóvenes surgidos en la nueva política que tienen estudios y preparación de primera, estando unos presos del régimen “rojo rojito”, en argot venezolano, y otros en un periplo mundial en varios países, dando a conocer la miseria a la que han sometido a un pueblo necesitado de libertad y ayuda humanitaria por la carencia de productos básicos para subsistir.

Juan Guaidó es Leopoldo López y éste es aquel. Hablamos de héroes parejos. Tras ellos hay más, indudablemente. Millones de personas componen la resistencia de una logística bien articulada para que Venezuela vuelva a ser lo que era. Todos funcionan con la precisión de un reloj, habiendo ya logrado el apoyo del mundo occidental para deshacerse de la infame pesadilla que resulta ser Maduro y su banda de generales corruptos. Millones de venezolanos que claman justicia no pueden estar confundidos.

Mañana saldrá en The New York Times un artículo de Guaidó que resume el drama de Venezuela. “Hoy los venezolanos nos vemos una vez más ante el desafío de restaurar la democracia y reconstruir el país, hay una dramática escasez de alimentos y medicinas, los servicios básicos colapsaron, un número cada vez mayor de menores sufren desnutrición infantil y enfermedades que estaban erradicadas han regresado. Tenemos una de las tasas de homicidios más altas del mundo, que se ve agravada por la persecución política y la represión contra quienes se oponen a Maduro. Drama que originó el éxodo más grande de nuestro hemisferio, con tres millones de compatriotas en el exilio”. Pero todo esto a Pedro Sánchez se la suda. Mientras vuele en Falcon y no le obliguen a hacer parapenting con su perra y su travelo, lo que haga Maduro, le parecerá perfecto.

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