Este domingo 10 a las 12 delante del Ayuntamiento
Me han pasado una convocatoria con este texto: «Por favor, pasadlo a todos vuestros contactos. Españoles de todo tipo están convocando espontáneamente a manifestaciones a las 12:00 de la mañana del Domingo día 10 de septiembre en el Ayuntamiento de todos y cada uno de los pueblos y ciudades de España en contra de la posible Ley de amnistía que permita a los separatistas reírse de la democracia española, apoyados por Pedro Sánchez. Pásalo a todos tus contactos». Y no tengo la menor idea de dónde se origina pues no se lo he preguntado a quien me lo enviaba.
Claro, hay gente que me ha expresado su frustración: «Yo lo paso. Pero no sé. A ver, que nos manifestamos para pedir elecciones para que los presupuestos no estuvieran condicionados por Esquerra». Y lo comprendo perfectamente. ¿Cómo puede ser que tras tantos esfuerzos nos ocurran cosas cada vez más agresivas y avasalladoras? Como aquel androide, decimos «he visto cosas que vosotros no creeríais»: un gobierno del PSOE asociado con la extrema izquierda, con el independentismo de ERC y con Bildu. La rebaja por ambición y oportunidad política de las penas por sedición y malversación. Ahora, al parecer, van a saludar como interlocutor político a un fugado de la justicia. ¿Qué más indignidades nos tocará sufrir? La estrategia de la Reina Roja, que corría para mantenerse en el lugar ya no sirve de nada. Corremos y a la vez se nos escurre el país bajo nuestros pies.
Yo también estoy harta, pero hay una parte de la ciudadanía española a la que le han tocado los servicios de mantenimiento. Somos como esas nutrias que se apresuran de una punta a otra de su precario dique y que, a la que aflojan o, peor, sin ni siquiera hacerlo, ven como la labor de zapa de los free-riders les va tomando la delantera. Di que está en la naturaleza de las nutrias ser tan pardillas. Pero, cansar, cansa mucho.
He visto en el Twitter de Fernando Savater: «Siempre me he opuesto a esa tontería de «la violencia es inútil». No, la violencia es utilísima. En el País Vasco ha hecho posibles cambios enormes y si no hubiera sido por la violencia, la hegemonía nacionalista no hubiera sido la que es». Y, tristemente, es así. La violencia política y moral de los independentistas catalanes les ha valido un montón la pena. Y Sánchez les ha otorgado todos los premios gordos. Les ha dado la razón. Es la triste moraleja de esa doble vara de actuar de la que habla Fernando.
Y aquí estamos, con nuestras conmovedoras concentraciones en los ayuntamientos. Las voluntariosas nutrias de esta tierra necesitan hacer algo. Siempre pacífico, nunca estridente. Hasta un caballero en Twitter me ha reprochado un «a por ellos» que no aparece en este texto. Y que «los extremos se tocan». Como si concentrarse ante un ayuntamiento fuera algo extremo y de un extremismo similar al que ejerce Pedro Sánchez sobre nosotros.
El martes, Puigdemont, el jefe de Junts, dio una rueda de prensa de la que yo no he querido ni escuchar una palabra. Pero, por lo que he sabido, aunque con mucha gesticulación, el «tono» gustó en Ferraz. Sí, en este plan estamos. Según algunos, de los dos bandos, en el horizonte hay una repetición de las elecciones. Pero otros pensamos que es una miserable comedia, un ensayo para una opera buffa que pronto van a interpretar Pedro Sánchez y Carles Puigdemont.
Las nutrias seguiremos con nuestras pancartitas.