España en negro: inútiles y mentirosos

inútiles
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

El gran apagón,  que ha demostrado al mundo que España cabalga en descriptible decadencia, ha vuelto a demostrar, una vez más, que la sociedad española carece de un líder político decente, así como su manifiesta incapacidad y la de aquellos que él ha cooptado en puestos claves a cambio de obediencia lanar. Con este escenario, la ciudadanía no puede tener ni seguridad ni certezas sobre nada.

Se trata de una «banda» (Rivera dixit) con escasísima preparación técnica, intelectual y académica que para esconder esa indigencia se envuelve en sofismas ideológicos y, de paso, en una orgía de caducos sambenitos, en cuyas manos se ha puesto el presente y el futuro de casi cincuenta millones de contribuyentes. Y siete años después de su vuelta al poder estamos comprobando qué coste tiene para todos haber puesto bajos sus inermes manos las cosas de comer.

«Es imposible», dijo y remarcó el amado líder, «que en España pueda ocurrir algo similar a lo que ocurre en Cuba y Venezuela… Esa posibilidad no es otra cosa que un bulo levantado por la ultraderecha y por los que desean desestabilizar el país». Bien. Pues esa posibilidad se hizo realidad en la cuarta potencia de Europa, entre la incredulidad del mundo civilizado y también del que no lo está.

El Gobierno ultra y rebosante de ideología en un asunto que es puramente físico entró en pánico, y su presidente demostró que antes que cualquier otra cosa es un inútil con aplaudidores y aplaudidoras (por precio que paga el contribuyente), un mentiroso (esto ya lo sabíamos), rodeado de corrupción, aunque tratándose de corrupción política es el campeón del mundo libre.

Tras el histórico apagón llegó el sainete final. El reto aún más difícil fue pretender decir a los españoles que el mismo se hizo por su bien (un tertuliano de TVE llegó a predicar que tampoco se está mal diez horas en un agujero). Y hace falta tener jeta para lanzar la mentira consiguiente: que Red Eléctrica Española (REE), en la que su gran e inútil amiga Corredor se lleva casi 600.000 euros (más prebendas varias), es una empresa «privada».

El «gran apagón», que debido al alzheimer congénito que sufre una mayoría de la sociedad española se olvidará pronto, representa básicamente el rictus que faltaba en la demencial marcha equinocial de un ser como Pedro Sánchez. ¡Pero el círculo se completó! ¿Quién es el gran culpable de que un ser con semejante catadura pueda seguir viviendo opíparamente a costa del pobre pueblo español, maltratando su presente y arruinando su futuro?

Mire usted, por activa o por pasiva, ese mismo pueblo español. El resto son gaitas escocesas.

El episodio, de paso, también ha venido a recordarnos que no hay humano al que guste más el dinero que a un ágrafo e incompetente de izquierdas. Cuando tiene oportunidad arrambla con lo que no está siquiera ni en los escritos ni en venta.

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