Ni abrillantador ni jabón neutro: el truco para limpiar los faros de tu coche y queden relucientes
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Los faros del coche cumplen un papel fundamental en la seguridad vial. Sin embargo, con el tiempo, pueden perder transparencia debido a la exposición al sol, la contaminación, la lluvia y la suciedad acumulada. Si bien existen productos comerciales que prometen dejarlos impecables, muchos contienen sustancias químicas agresivas. Afortunadamente, existe un truco casero para limpiar los faros del coche con dos productos que seguro tienes en casa: limón y bicarbonato de sodio. Esta combinación se va a convertir en tu gran aliada, ya que elimina el aspecto amarillento y las manchas superficiales a los faros, devolviéndoles su brillo original.
Los faros están fabricados principalmente con policarbonato, un material muy resistente pero sensible a la radiación ultravioleta (UV). Con el tiempo, esta exposición provoca oxidación y pérdida de transparencia, dando lugar a un aspecto amarillento y opaco. Además, el contacto con polvo, arena, y residuos químicos provoca que se deterioren con el tiempo. Estudios sobre la seguridad vial advierten de que los fatos sucios reducen considerablemente la capacidad de reacción ante obstáculos durante la conducción nocturna, aumentando el riesgo de accidentes.
El mejor truco para limpiar los faros del coche
El ácido cítrico del limón tiene propiedades desengrasantes y abrillantadoras; ayuda a disolver la suciedad, el óxido y los residuos acumulados. Por otro lado, el bicarbonato de sodio es un abrasivo suave que elimina manchas y pequeñas imperfecciones sin rayar el policarbonato. Combinados, estos dos ingredientes forman una pasta que elimina el aspecto amarillento de los faros y les proporciona un brillo duradero.
Los materiales que necesitas para poner en práctica este método son muy simples: un limón fresco, dos o tres cucharadas de bicarbonato de sodio, un paño limpio de microfibra, agua tibia, guantes de goma para proteger las manos y cinta adhesiva opcional, para proteger la pintura alrededor del faro).
Toma nota de cuáles son los pasos a seguir:
- Corta el limón por la mitad y exprime su jugo en un recipiente pequeño.
- Añade el bicarbonato de sodio poco a poco hasta formar una pasta espesa, con consistencia similar a la de una crema.
- Mezcla bien hasta obtener una pasta homogénea.
- Lava el faro con agua tibia para eliminar polvo superficial y suciedad suelta.
- Protege la carrocería alrededor del faro con cinta adhesiva para evitar que la mezcla toque la pintura.
- Con un paño de microfibra, aplica la pasta de limón y bicarbonato sobre toda la superficie del faro, haciendo especial hincapié en las zonas más amarillas u opacas.
- Frota con movimientos circulares durante dos o tres minutos sin hacer demasiada fuerza.
- Deja actuar la pasta sobre el faro durante 10 minutos. Esto permite que el ácido cítrico del limón disuelva la suciedad y el bicarbonato elimine las imperfecciones superficiales.
- Retira la mezcla con abundante agua tibia y seca con un paño limpio.
- Aplica cera de coche o sellador transparente sobre los faros una vez limpios para protegerlos del sol y la suciedad.
Para obtener los mejores resultados, los faros tienen que estar completamente fríos. Por lo tanto, evita limpiarlos justo después de conducir, ya que el calor podría reducir la eficacia del ácido y provocar marcas. Asimismo, evita utilizar objetos metálicos o abrasivos duros, ya que pueden rayar el policarbonato y empeorar la apariencia.
Mantenimiento preventivo
Para prolongar los resultados del truco para limpiar los faros, éstas son las recomendaciones de los expertos en el mundo del motor:
- Lava con regularidad los faros con agua y jabón neutro para eliminar polvo y suciedad superficial.
- Evita estacionar el coche bajo luz solar directa durante mucho tiempo, ya que la radiación UV acelera el amarillamiento.
- Repite la limpieza con limón y bicarbonato cada seis meses.
Luces esenciales para circular
El artículo 43 de la Ley de Seguridad Vial establece que «los vehículos que circulen entre la puesta y la salida del sol deben llevar encendido el alumbrado que corresponda». Además, la norma también obliga a encender las luces circulando dentro de túneles, en pasos inferiores o en tramos de vía con la señal de túnel (S-5); cuando las condiciones meteorológicas o ambientales (niebla, lluvia intensa, nevada, nubes de polvo o humo…) disminuyan sensiblemente la visibilidad en la vía; y al circular por carriles reversibles, en sentido contrario al habitual, y adicionales, establece la DGT.
«Las luces de cruce tienen un haz corto, ancho y asimétrico, pues está orientado hacia el lado derecho de la calzada para iluminar más esa zona y no deslumbrar al que circula de frente Hay que acostumbrarse a usar el alumbrado de carretera cuando circulamos de noche y la vía está insuficientemente iluminada. Aunque los límites de velocidad sean los mismos de noche, las circunstancias de la vía cambian: sin una iluminación adecuada, en caso de imprevisto, lo más probable es que no nos de tiempo a frenar», explica Juan Ignacio Serena, jefe de Sección del Área de Formación de Conductores de la DGT.