Échense a temblar: Sánchez esconde un hachazo fiscal

Échense a temblar: Sánchez esconde un hachazo fiscal

Mientras la inmensa mayoría de las naciones de la UE apuestan por una bajada de impuestos para hacer frente a las devastadoras consecuencias de la pandemia, el Gobierno socialcomunista apuesta por  incrementar la carga familiar sobre empresas y familias. Habrá nuevos impuestos «verdes», a los envases de plástico, un IVA del 21% a bebidas azucaradas y las polémicas tasas «Google» y «Tobin», pero con eso no se alcanzan ni de lejos los 33.447 millones de euros más que el Ejecutivo esperar recaudar en 2021. De modo que la sorpresa estará en lo que todavía no sabemos, aunque es fácil deducir que vendrán de un hachazo al IRPF y de mayores impuestos al diésel o, incluso, a la educación y sanidad privadas. En definitiva, el rodillo socialcomunista dejará literalmente tiesos a familias y empresas, justo cuando lo que demandan la totalidad de los organismos económicos mundiales es aligerar los impuestos para dar un respiro a las bolsillos de miles de pequeñas y medianas empresas y familias que están al borde de la extenuación.

En el ámbito de la «imposición directa», el Gobierno recurre a un eufemismo: «Se introducirán una serie de medidas que permiten reforzar la progresividad del sistema impositivo, logrando obtener una recaudación adicional para contribuir en el momento actual al mantenimiento del Estado de Bienestar». Traducido: el IRPF no subirá sólo para los que el Ejecutivo entiende como ricos, sino que la gran pagana volverá a ser la clase media. Y es que los números no dan: si el Gobierno incrementa el IRPF para los que ganen más de 140.000 euros, lo recaudado no excederá, en el mejor de los casos, de los 350 millones de euros. Y para llegar a los 33.447 millones que aspira a recaudar el Gobierno, no basta con subir el IVA a los refrescos azucarados o los envases plásticos, porque eso, más lo que se recaude por la tasa «Google» y «Tobin», no llega ni a la mitad de esa cantidad.

Así que el verdadero hachazo está en lo que todavía no ha anunciado el Gobierno. Crucen los dedos y échense a temblar

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