¿Dirá Podemos «Yo sí te creo»?
La denuncia presentada por la refugiada saharaui Yadiyetu Mohamaud contra el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por un delito de violación abre la puerta a que la Justicia investigue unos hechos sucedidos en 2010, cuando tenía 18 años, y que ya fueron denunciados en su día, aunque la Audiencia Nacional archivó la querella en 2018 con el argumento de que, tras el cambio de la conocida como Ley de Justicia Universal, no podían investigar lo sucedido por producirse los delitos fuera de España y ser considera ella una apátrida. Ahora, con el líder del Frente Polisario ingresado en un hospital de Logroño, Yadiyetu mantiene la esperanza de que los hechos sean por fin investigados. En una entrevista a OKDIARIO, Ghali asegura que ni perdona ni olvida lo sucedido hace once años en la Embajada del Frente Polisario en Argelia. «Si hay una persona que odio en esta vida es él. Lo odio muchísimo y no le deseo nada bueno. Ojalá que Dios mismo haga Justicia. No lo jueces, no, que venga de arriba la Justicia, que se lo lleve de aquí. Es mi deseo», asegura.
La mujer no tiene duda: su violador es el líder del Frente Polisario, el mismo que ahora está ingresado en un hospital de Logroño. Brahim Ghali la violó cuando era virgen. «No me callé entonces y no me pienso callar», porque aquella violación marcó su vida y «no he podido tener una relación de pareja pese a haber pasado 11 años». Pese a que su familia le recomendó que no denunciara porque «nunca sería una mujer respetada», ella hizo caso omiso a los consejos y decidió dar el paso. «Yo he visto muchas niñas que han sido violadas. Y las violan dos veces, tres veces, cuatro veces, y no son capaces de denunciar simplemente por el hecho de que las van a mirar mal en la sociedad, o les van a faltar al respeto, nunca se va a casar».
El testimonio de Yadiyetu Mohamaud es desgarrador. Su sufrimiento corre parejo a su valentía y arrojo. En estas circunstancias, y dada la fascinación que el Frente Polisario ejerce sobre la ultraizquierda española, especialmente Podemos, ¿dirán las muy feministas mujeres de la formación morada aquello de «Yo sí te creo» o guardarán un silencio cómplice y cobarde? Se admiten apuestas.