Dice una cosa y en su casa hacen otra

Dice una cosa y en su casa hacen otra

Si Pedro Sánchez pretende cambiar España debería comenzar por su propia casa. Mientras el candidato del Partido Socialista a La Moncloa recorre el país haciendo casus belli de la precariedad laboral en sus discursos, su mujer es directiva y socia en una empresa de ‘empleo basura’. Begoña Gómez Fernández contrata a comerciales desde un sueldo de 400 euros al mes por ocho horas de trabajo diario. Según los testimonios que les ofrece en exclusiva OKDIARIO, estos trabajadores no pueden llegar a fin de mes porque “si no cumples los objetivos, no cobras ni los 400 euros”. El secretario general del PSOE debe dar explicaciones urgentes. Resulta difícil de argumentar, y muy comprometedor para su credibilidad, cómo es posible que su prédica esté tan alejada de la realidad que practica su propia cónyuge.

Desde que cogiera las riendas del partido, el líder socialista ha tratado de situarse como adalid del empleo digno. En abril de 2015 increpó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un debate celebrado en el Congreso de los Diputados: “La reforma laboral del PP condena a millones de españoles a la precariedad laboral”, dijo entonces. Incluso, fue una de sus ‘ideas fuerza’ en el debate a cuatro que se celebró el pasado 7 de diciembre antes de las elecciones generales: “Con el PP se pagan 40.000 millones de euros menos en sueldos”. Declaraciones que quedan diluidas en la vergüenza si tenemos en cuenta que el grupo Inmark Europa, donde Begoña Gómez es directiva, ofrece contratos a trabajadores que tienen que doblar su jornada para poder cobrar 600 euros al mes, por debajo de los 655 que marca el Salario Mínimo Interprofesional.

La “explotación laboral” que señalan los trabajadores de esta empresa debería hacer reflexionar a Pedro Sánchez sobre la ética de su discurso político. Más, si cabe, cuando él mismo ha repetido hasta la extenuación que el empleo que hay actualmente en España “no es de calidad y elimina los derechos de los trabajadores”. Algo que ahora se demuestra que conocía desde muy de cerca, ya que su mujer tiene responsabilidades ejecutivas en la empresa desde junio de 2014. Queda muy bien de cara al electorado defender un mercado laboral justo. De hecho, debería ser objetivo primordial en cualquier país desarrollado que se precie. No obstante, cuando esa defensa constituye un absoluto ejercicio de cinismo, las palabras del político en cuestión acaban poniendo en duda todo su proyecto político.

Pedro Sánchez presentó el pasado fin de semana en Barcelona el autodenominado “Gobierno del cambio”. Una pléyade de nombres muy atractivos para conformar su grupo de sabios y ministrables de cara a las elecciones del próximo 26J. Sin embargo, antes de tratar de gobernar un país debe ser coherente con el día a día de su propio hogar. Como escribió el filósofo griego Aristóteles: “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Tras más de una década de crisis y corrupción galopante, los ciudadanos españoles merecen respeto.

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