El descenso (alias ‘desescalada’)

El descenso (alias ‘desescalada’)

He decidido titular mi artículo con una palabra existente en la lengua castellana, saltándome a la torera el vocablo elegido por el marido de Begoña, a la que, por cierto, se echa mucho de menos. ¿Se habrá ido al Nilo a por restos de homínidos y antropoides para el África Center? Un amigo mío, caballero del Toisón de Oro, dice que la vio perdida por los campos, que la habían orientado mal, al confundir Borgoña con Begoña. Su compañía tenía el mismo aspecto que la muerte, pero carecía de su poder.

El caso es que los dueños de una empresa de juguetes, a los que conocí cabalgando por la orilla del río Vág, me han consultado estos días, porque están realizando un juego de mesa de preguntas, con la temática del coronavirus. Pretenden que salga a la calle antes de que llegue el verano, y que sea el entretenimiento estrella para las próximas vacaciones. Las cuestiones van a dividirse en las siguientes categorías: la expansión del coronavirus, la gestión de los diferentes gobiernos, los consejos científicos de los expertos y las fases del descendimiento o descenso (la acción popularmente conocida como desescalada).

Los empresarios me avisaron desde el principio de que las preguntas más complicadas girarán en torno a las posibilidades de salir a la calle. En este punto, querían consultarme el grado de dificultad. Pongo varios ejemplos que me servirán para explicarme mejor. Pregunta1: Si eres hombre y llevas chándal, pero necesitas bastón para caminar, ¿puedes salir a la calle en la fase 0 a las 16,15h? Les dije que la pregunta me parecía dificilísima y que nadie iba a saber la respuesta. Así que propusieron otra más facilita, según su criterio. Pregunta2: Si vas a la peluquería con tu perro, llevas contigo a tu hijo de 13 años y siete meses y tardan en atenderte cincuenta minutos, ¿puedes pasar luego por la óptica si son las 19.45h? Mantuve mi opinión de que era excesivamente complicada, así que me dieron una tercera alternativa: Si crees que el Covid es una cuestión de género y te da lo mismo la carne que el pescado, siempre que esté muerto ¿qué grado de trastorno psiquiátrico tienes en la escala del Manual de Psiquiatría Comunista? Al ver mi cara, decidieron cambiar de tercio.

Las preguntas que me expusieron después eran relativas a los cargos políticos, y esas sí las vi muy adecuadas, incluso algunas demasiado fáciles. Pongo igualmente varios ejemplos: Si eres vicepresidente del Gobierno de España y vas al supermercado, ¿puedes ir sin protección y toserle a la cajera si es prima de tu mujer? Otra que me llamó mucho la atención fue ésta: Si durante el período crítico del Covid vas mal aliñada, gesticulas de forma grandilocuente, ríes cuando es improcedente y nunca asumes tus errores, ¿qué cartera ministerial ostentas? En esta cuestión aconsejé que la matizaran, porque era un cajón desastre en la que cabían prácticamente todas.

Así pasamos varias horas. Agradecieron mi colaboración y me desvelaron que iban a añadir una pregunta general, por la que debía pasar todo aquel que aspirara a ganar la partida. Me atrevo a anunciarla: Si en el país que diriges mueren unas 40.000 personas y tú, como presidente, no decretas el luto nacional, ¿a qué partido político perteneces? Me pareció brillante la resolución final y aplaudí al equipo, insistiendo en mi deseo ferviente de tener pronto el juego en casa para disfrutarlo en las sobremesas de verano.

Antes de colgar, les sugerí la inclusión de una última pregunta: Si percibes en las tinieblas una especie de monstruo, con una cabeza de muerto en la mano, reclinado sobre la ropa de un capellán, con una mortaja estrellada con puntos de oro a modo de cola y el cuerpo ondulante como un gusano gigante, ¿debes salir corriendo? Me miraron perplejos y todos a la vez contestaron: “No, debes acabar con él a fustazos”, concluyendo que éste sería el final del juego.

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