Conde-Pumpido, la ‘llave maestra’ de Sánchez para abrir la puerta a la amnistía

Conde-Pumpido; Tribunal Constitucional, malversación

Al final, el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, será la ‘llave maestra’ que abra la puerta a la Ley de Amnistía que mantiene bloqueada el Tribunal Supremo con al auto judicial que impide a Carles Puigdemont y otros políticos procesados y condenados por el 1-O librarse del delito de malversación. A Pedro Sánchez le queda la baza del TC, cuya particular interpretación de los delitos de prevaricación y malversación cometidos por los condenados en el multimillonario fraude del socialismo andaluz en el caso de los ERE podría ser la antesala a otra corrección al Supremo en los próximos meses por parte del Constitucional.

El órgano que preside Conde-Pumpido se ha lanzado a corregir al Tribunal Supremo como si fuera un tribunal de casación, otorgándose un papel que no le corresponde: el de intérprete del delito de malversación. He aquí la clave, pues es obvio que el Constitucional lo hará del modo y manera que pretende el Gobierno y en contra de lo establecido por el Tribunal Supremo.  Desde que Conde-Pumpido se hizo con las riendas del TC, el tribunal apenas ha impulsado resoluciones desde la Corte de Garantías que vayan en contra de los intereses del Ejecutivo del PSOE y Sumar.

De modo que todo es cuestión de tiempo, pues al final la última palabra la va a tener un Tribunal Constitucional en el que la mayoría afín a Pedro Sánchez hará valer las tesis del Gobierno. Cierto que el Tribunal Supremo puede tomarse su tiempo antes de resolver los previsibles recursos previos de los independentistas, pero más pronto que tarde el asunto de la malversación y la amnistía caerán en manos del TC. De momento, el Tribunal Constitucional ha convertido el caso de los ERE en el laboratorio de pruebas para que el delito de malversación se quede en nada. Y el empeño que está poniendo en ello es tal que no va a haber separatista catalán o socialista corrupto que no salga del TC más limpio que una patena.

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