El CNI avaló las investigaciones judiciales sobre la trama rusa y avisó a Pedro Sánchez
El juez que lleva a cabo la investigación sobre la trama rusa del procés, Joaquín Aguirre, ha acordado, como anticipó OKDIARIO, una prórroga del conocido como caso Volhov, en el que se apunta a estrechos colaboradores de Carles Puigdemont, entre ellos, su jefe de Gabinete Josep Lluís Alay, en un asunto en el que parece claro que el interés de los investigados era establecer vínculos de «influencia política y económica para la desestabilización de la democracia y la Unión Europea, consecuencias entre las cuales se podría producir la salida de España de la UE por causa de la independencia unilateral de Cataluña apoyada por el Gobierno ruso».
Las investigaciones de la trama rusa podrían pasar a manos del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, que ya lleva la causa de Tsunami. Otra china en el zapato de un Gobierno al que la Ley de Amnistía se le complica por momentos, porque ni el delito de terrorismo -por mucho que Sánchez se haya inventado una forma de terrorismo bueno- y el delito de alta traición serían amnistiables con los parámetros fijados por la UE.
Ahora bien, Pedro Sánchez no puede llamarse a engaño, porque ya en 2018, sólo unos días antes de que llegase a La Moncloa, el Centro Criptológico Nacional, organismo del CNI encargado de la protección frente a ciberataques, alertaba por primera vez sobre la injerencia rusa en Cataluña: «Parece demostrada la presencia de activistas patrocinados por instituciones rusas en la expresión mediática del conflicto derivado de la situación creada en Cataluña durante 2017, como consecuencia del alejamiento de la legalidad constitucional vigente de ciertas instituciones autonómicas catalanas».
Por tanto, las investigaciones del juez Aguirre no le han podido coger por sorpresa a Pedro Sánchez, que estaba al tanto de que la larga mano de Putin había llegado hasta el procés. Lo sabía, pero ahora le resulta más fácil acusar de lawfare a los jueces.
En 2022, el propio presidente socialista admitió en una comparecencia en el Congreso esa supuesta conexión al señalar que «a lo largo de sus años de presidencia, Putin ha tratado de dividir a Europa de todas las maneras posibles, con fake news, con desinformación, con ciberataques, con espionaje, acercándose a actores políticos y también a actores económicos en nuestro país». ¿Sería capaz ahora de decir lo mismo? No, no le deja Puigdemont.