La Casa del Rey da un paso más a favor de la transparencia
El Palacio de la Zarzuela ha decidido consolidar mediante un real decreto las normas que se aprobaron en 2014, al inicio del reinado de Felipe VI, y continuar el proceso de modernización para ahondar y reforzar las normas de transparencia, rendición de cuentas y publicidad en sus actuaciones. Se trata de dar un paso adelante en el compromiso establecido por la Corona con la sociedad para observar una conducta íntegra, honesta y transparente.
El contenido del real decreto detalla con minuciosidad todos los campos en los que repercutirán las normas establecidas a principios del reinado de don Felipe, una de las cuales, y de las más relevantes, fue el establecimiento de un Código de Conducta para todo el personal de la Casa de S.M. el Rey. Se trata de reglas de obligado cumplimiento para todo el que trabaje en la Jefatura del Estado y cuyo incumplimiento supondría la expulsión de su puesto de trabajo y su denuncia ante la justicia si hubiera motivos para ello. La nueva normativa que entrará en vigor esta misma semana también afecta a las actuaciones aprobadas por el monarca referidas a los integrantes de su Casa e incluso a otros concernientes a la Familia Real, su propia familia, si es que requieren una actuación pertinente.
En el terreno de las contrataciones que puedan producirse por parte del Palacio de la Zarzuela, se exigen normas de cumplimiento a las compañías que aspiren a firmar contratos. No podrán hacerlo los que hayan sido condenados en firme por asociación ilícita, financiación ilegal de partidos políticos, corrupción en los negocios, tráfico de influencias, cohecho, fraude, delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social y delitos contra los derechos de los trabajadores, entre otros conceptos. Tampoco podrán establecerse contratos en la Casa del Rey con quienes hayan cometido infracciones graves por incumplimiento de las leyes de integridad laboral de personas con discapacidad o de extranjería, así como los sancionados por infracciones muy graves en cuestiones medioambientales.
Son algunos de los requisitos requeridos por el Palacio de la Zarzuela que ya estaban incluidos en las normas reguladoras del inicio de esa Monarquía renovada para un tiempo nuevo que el Rey Felipe incluyó en su hoja de ruta hace más de ocho años. Hay que recordar que esas reglas establecieron normas de actuación tan relevantes para la propia Familia Real como no aceptar regalos de alto valor económico, la prohibición de tener un trabajo remunerado por parte de los integrantes de la Familia Real o la exclusión de las hermanas del monarca del núcleo duro de la institución monárquica, las infantas Elena y Cristina.
El objetivo de la entrada en vigor del real decreto es reforzar ante la opinión pública la intención del jefe del Estado de respetar y cumplir escrupulosamente con las leyes vigentes para evitar que se produzcan hechos indeseados que pongan en riesgo el compromiso de la Corona con la ciudadanía para ser cada vez más transparentes, íntegros y honrados.
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