Calviño y Marlaska desmienten a Monedero
Es evidente que Monedero miente, no cabe la menor duda. Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos y amigo íntimo de Pablo Iglesias y de todos los líderes de la extrema izquierda chavista iberoamericana, ha mostrado una captura de pantalla del banco Triodos en la que solamente aparece como titular de dos cuentas, una de ahorro y otra corriente. Y con esa fotografía dice que está demostrando que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía, dependiente del ministro Marlaska, «miente» y el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, que lo investiga por blanqueo de capitales del chavismo y falsedad documental, se sitúa «por encima del Estado de derecho». Pero en realidad con esa captura lo que está demostrando es que tanto la policía como el juez están contando la verdad y que aquí el único que miente es él, y no es la primera vez que lo hace para escapar de la justicia.
En el auto de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y en el informe de la UDEF al que ha tenido acceso en exclusiva OKDIARIO lo que se demuestra es que entre los años 2011 a 2018, en los que se produjeron los hechos que se investigan, Juan Carlos Monedero ha sido titular, beneficiario o autorizado de 93 cuentas bancarias y esto se acredita mediante una consulta al Fichero de Titularidades Financieras (FTF), que es un instrumento de titularidad pública bajo la responsabilidad del Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac), unidad de inteligencia financiera del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Gobierno de España, dependiente de la ministra Nadia Calviño, o sea, de Pedro Sánchez.
El informe elaborado por un organismo dependiente del Gobierno de coalición PSOE-Podemos, se refiere al período de 8 años que van desde 2011 hasta 2018, y no se puede desmentir con una captura de pantalla de ayer. Es como si una maestra riñera a un alumno por haber llegado tarde 15 días del mes pasado, y el niño dijera que la maestra miente, porque esa mañana ha llegado puntual. En realidad, Monedero no desmiente la información de la UDEF de Marlaska basada en el informe del Sepblac de Calviño con lo que, implícitamente, está confirmando que es cierta. Otra cosa será que el juez de la Audiencia Nacional consiga demostrar que, usando esas 93 cuentas bancarias, el cofundador de Podemos ha cometido los delitos de blanqueo de capitales del chavismo y falsedad documental por los que lo investiga, algo que no se infiere directamente de la titularidad de tan elevado número de cuentas bancarias, pero que es a lo que apunta ese enorme entramado financiero.
Y no es la primera vez que se demuestra que Monedero miente para librarse de la justicia. A principios de 2015, se filtró a la prensa que la Agencia Tributaria, dependiente en aquellas fechas del ministro Montoro, de nefasto recuerdo, estaba investigando una transferencia de 425.150 euros que Monedero había recibido en una de sus cuentas corrientes personales, en octubre de 2013, procedente del Banco del ALBA, integrado por los Gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, etc. Monedero transfirió inmediatamente el dinero a otra cuenta bancaria cuyo titular era una sociedad que acababa de constituir, Caja de Resistencia Motiva 2, con la que emitió la correspondiente factura. El fundador de Podemos había realizado al Banco Alba esos «supuestos» informes nunca vistos durante los tres años anteriores a la constitución de la mercantil con la que emitió la factura y a la que transfirió los fondos y la diferencia ante Hacienda es que esa mentira le permitía tributar dichos ingresos al 25% a través del Impuesto de Sociedades, en lugar de hacerlo al 52% del IRPF.
Una vez que Montoro filtró el aviso a la prensa, Monedero estuvo varios días jugando al gato y al ratón con los funcionarios que lo perseguían para entregarle la notificación del inicio de la inspección. Hasta en tres ocasiones los emisarios de la Agencia Tributaria trataron de localizarlo sin éxito en su domicilio e, incluso, fueron a buscarlo a su trabajo en la Universidad Complutense. No permitió que lo consiguieran hasta la tarde del mismo día que, por la mañana, Monedero había presentado ya una declaración complementaria mediante la cual pagaba los 200.000 euros de impuestos que realmente le correspondía abonar, sobre los cuales solamente se añadiría el correspondiente recargo del 20% por presentarla fuera de plazo, pero no se le podría cobrar sanción por el intento de fraude ni, por supuesto, se le acusaría de ningún delito fiscal, razón por la cual Monedero debe estar eternamente agradecido a Montoro.
Monedero se libró en 2015 mintiendo, cuando fue advertido por Montoro de que había sido descubierto intentando, presuntamente, defraudar a Hacienda. Y pretende de nuevo librarse mintiendo en 2022, cuando se le investiga por blanqueo y falsedad documental. Es posible que sus mentiras vuelvan a servirle de nuevo para eludir la acción de la justicia, si el juez García-Castellón no consigue demostrar que el tremendo entramado financiero que tuvo montado aquellos años fue usado en fraude de ley. Pero para lo que a Monedero no le van a servir tantas mentiras es para impedir quedar retratado ante la opinión pública y los votantes como un farsante muñidor de todas las tramas oscuras que permitieron la financiación chavista de Podemos en sus inicios. Todo supuestamente, claro está.
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