Ayuso y el tornaviaje

Ayuso tornaviaje
Ayuso y el tornoviraje

El “tornaviaje” es sin duda alguna una de las más bellas expresiones de la aventura marítima de la España de los descubrimientos. Como bien sabe el lector, representa la posibilidad del regreso desde las Indias Orientales, Filipinas, hasta América, Acapulco, gracias a una favorable corriente oceánica por el Pacífico largamente buscada por nuestros navegantes.
El hallazgo del “tornaviaje” en 1565 por el marino Miguel López de Legazpi y el cosmógrafo fray Andrés de Urdaneta posibilitó el establecimiento del Galeón de Manila, uno de los pasos más firmes de la primera globalización, tan magníficamente reflejada por José Luis López Linares en su exitoso documental.

Mi intención no es abundar en el reciente debate sobre la serie de Juan Sebastián Elcano, con quien Urdaneta participó en la expedición de Loaísa, en la que murió el marino que circunnavegó por primera vez el mundo. Mi propósito es bautizar con la expresión “tornaviaje” la singladura política que ha comenzado para España el pasado 4-M en Madrid, ha continuado el 13-F en Castilla y León y ha culminado una nueva etapa el 19-J en Andalucía.
Estas tres victorias consecutivas del PP en sendas elecciones autonómicas, con un triunfo histórico de Juanma Moreno en el caladero tradicional del PSOE, han marcado un rumbo esperanzador para el conjunto de la nación.

España no parecía tener otro futuro que padecer un Gobierno incompetente y sectario, más preocupado por aherrojar las conciencias de los ciudadanos con sus dogmas que por instaurar políticas auténticamente revulsivas que nos posibilitaran salir del mar de los sargazos de la actual crisis.

Una crisis no sólo económica, sino también política e institucional, en la que nos ha sumido un Gobierno más atento a la colonización de las instituciones, explotadas en su propio beneficio, con el dinero de todos los españoles, que a su puesta al servicio del interés general para que hicieran de efectivos velámenes que impulsaran la nave.

España está ya en el “tornaviaje” de la fracasada singladura de Pedro Sánchez, cuya falta de soluciones, lejos de mitigarlas, ha agravado las desastrosas consecuencias de la pandemia y de la ilegal invasión rusa de Ucrania. La única guía de Sánchez ha sido la ambición personal, el poder por el poder, a cualquier precio, incluso al precio de la dignidad de la propia nación, subastada a los peores postores, aquellos que quieren verla destruida en sus cimientos constitucionales.

Y el comienzo del viraje ha sido posible gracias a la inspiración y motivación de una singular “Urdaneta” de nuestro tiempo político: Isabel Díaz Ayuso, que ha sabido encontrar y trazar la ruta de este “tornaviaje” de las políticas nefastas de la izquierda. Ruta marcada con firmeza y sin complejos por la defensa de la libertad frente al dirigismo; la baja fiscalidad frente a la voracidad confiscatoria; la eficiencia y calidad de los servicios públicos frente al despilfarro y la ineficiencia; la excelencia de la educación frente al adoctrinamiento; y el orgullo de España, de su legado, presente y futuro, frente al abrazo de Sánchez a quienes cuestionan su propia existencia.

Por eso ha sido justo el reconocimiento que otro gran piloto de la esperanza del cambio, Juanma Moreno, dedicó el pasado lunes en la sede del PP a la presidenta de la Comunidad de Madrid con el aplauso del presidente Alberto Núñez Feijoo. Aún quedan muchos días de esforzada navegación para llegar a buen puerto, pero no hay nada más alentador que el hecho de que el capitán de la nave tenga la inteligencia de reconocer el valor de su tripulación.

Pedro Corral es periodista y escritor.
Diputado del PP en la Asamblea de Madrid

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