En agosto nos las siguen colando

En agosto nos las siguen colando

No crean para nada que el fanatismo independentista descansa en agosto, el mes más tradicional de las vacaciones de verano. Cierto que el activismo más de calle, más de asfalto, se toma un descanso canicular. Ya se sabe, la ciudad se recalienta y los amigos esperan en el Ampurdán o en la Costa Brava. Así que esos cortes de la Meridiana que vienen siendo ya parte del paisaje de Barcelona, para desesperación de la gente que trabaja en serio, se dejan para cuando llegue un poco más de fresco. Al fin y al cabo, tienen horas militadas de sobras: se calcula que lleva durando la fiesta 450 días. Casi nada para unos ociosos con muchas ganas de jorobar al detestado españolista. Por lo menos los vecinos que se han unido para intentar recuperar una vida normal del barrio tienen un respiro. Durará lo justo: nos tememos que la plataforma Meridiana Sin Cortes tendrá que volver a organizarse en unas semanas.

Pero el independentismo ha dejado unos deberes hechos para agosto. Por gentileza del peor hasta ahora gobernante de España (crucemos los dedos. El que ha venido ha sido siempre peor que el anterior), el Ministerio de Educación no solicitará la ejecución de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que fijaba un mínimo del 25% de clases en castellano en las escuelas catalanas. Eso no ha impedido al presidente Sánchez andar por el mundo luciendo su estampa y proclamando las bondades del español. Bondades que no merecen los ciudadanos de Cataluña que se habían conformado con ese miserable cuarto del tiempo de clase semanal y ahora no van a tener ni eso. Nadie se extrañe: Sánchez puede decir lo uno y su contrario a la vez. Todo para poder seguir viajando por ahí como un Rey (ya me entienden). En el Ministerio de Pilar Alegría se inventan que, huy, huy, eso podría significar una invasión de las competencias de la Generalitat. Y, claro, ¿cómo vamos a invadir competencias a la Generalitat si esta nunca invade nada y sus consellers nunca darían un golpe de estado invadiendo derechos de nadie? Este tema se trató cuando yo era diputada en el PE y la presidenta del Comité de Peticiones del Parlamento Europeo de entonces, Cecilia Wikstrom, se hizo cruces cuando conoció la realidad de la discriminación lingüística de Cataluña. La nueva presidenta, la eurodiputada del PP Dolors Montserrat, ha recibido una carta que es una burla más de la Generalitat: «La política lingüística en la escuela no es competencia del Estado”, dice entre otras sandeces. Un razonamiento de lo más visto y que ya fue desmontado por el mismo Comité de Peticiones en la legislatura anterior. Espero una pronta y contundente respuesta del Parlamento.

Y otra amenaza para esta España de libres e iguales que deseamos es la última pretensión en la caravana infinita de los traspasos de competencias. Ahora le toca al MIR. ¿Cederá Sánchez esta prueba a los nacionalistas, dando una vuelta más de cuerda a la fragmentación del sistema educativo en nuestro país? Desde el procés y el referéndum de independencia, cada vez menos médicos piden mi comunidad autónoma para especializarse ¡Y eso con el magnífico sistema sanitario, educativo, científico y hospitalario que hemos disfrutado hasta ahora! En el 2017, Cataluña ofertó un total de mil plazas MIR. De los 1.000 licenciados en Medicina que habían sacado mejor nota y podían escoger destino, 218 la eligieron. En el 2018 se ofrecieron 1.022 puestos, pero sólo 166 de los mil primeros quisieron venir. ¿Por qué será?

Estemos atentos este agosto, que tiene sus propios idus porque quienes destruyen Cataluña no descansan.

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