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Cómo actuar si a tu perro le da un golpe de calor en verano

¡Hay que reducir la temperatura corporal del animal gradualmente!

Cómo actuar si a tu perro le da un golpe de calor en verano
Perro
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Llega el verano y, con él, las altas temperaturas, así que debes ser muy cuidadoso para que tu perro no sufra un golpe de calor. Del mismo modo que ocurre en humanos, se trata de un trastorno de carácter grave: la temperatura corporal del animal aumenta exponencialmente, hasta el punto de dañar algunos órganos e incluso causar la muerte.

Lo primero a tener en cuenta es que el golpe de calor no tiene nada que ver con la fiebre. La fiebre es una especie de herramienta defensiva del cuerpo ante una infección. En cambio, en el golpe de calor el aumento de la temperatura corporal se debe a que el can no es capaz de eliminar que genera.

Como resulta lógico, debes tomar todas las medidas preventivas que sean necesarias para que el perro no sufra los efectos del calor. Nada de hacer ejercicio en las horas centrales del día y, por supuesto, una buena hidratación. Además, es importante que si el can está en el jardín, tenga lugares a la sombra donde refugiarse.

¿Cuáles son los síntomas?

Para saber cómo debes actuar si a tu perro le da un golpe de calor, es esencial conocer los síntomas. Aunque pueden variar en cada animal, los más comunes son los siguientes: ansiedad, jadeos excesivos, encías secas y blancas, babeo excesivo, dificultad respiratoria, vómitos, falta de coordinación muscular, debilidad y temblores.

Ante el más mínimo signo de alerta es fundamental que lleves al animal al veterinario a la mayor brevedad posible. Lo mejor hasta que llegues a la clínica es que llames por teléfono para que te expliquen cómo proceder.

Sin embargo, si no puedes comunicarte con el veterinario, lo que tienes que hacer es reducir la temperatura corporal del can gradualmente. El primer paso es llevarle a un lugar con sombra donde pueda refrescarse.

Una vez ahí, remójalo con agua templada (20 grados centígrados) lentamente. El agua nunca debe estar muy fría porque podría sufrir un shock. Puedes hacerlo con una manguera a poca presión o sumergiendo su cuerpo en un balde. ¡La cabeza debe quedar fuera del agua!

El agua helada provoca vasoconstricción y eso reduce la disipación de calor. Además, el agua helada también puede causar temblores en el animal, lo que aumentará su temperatura corporal en lugar de reducirla.

Mientras te diriges a la clínica veterinaria puedes mojar al can con agua utilizando un spray.

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