Adiós al insomnio de tu gato: el truco para que duerma mejor por la noche y está en tus manos


Bien es sabido por todos que los gatos son animales muy dormilones, hasta el punto de dedicar entre 12 y 16 horas al día al descanso, en función de su edad y de su nivel de actividad. Los cachorros y los gatos mayores superan con creces esas cifras, mientras que los adultos jóvenes alternan las siestas con momentos de actividad. Para los pequeños felinos, dormir es una necesidad biológica, ya que, a través del sueño, regulan su metabolismo y reponen fuerzas. Por eso, cuando un gato empieza a mostrar signos de insomnio, es fundamental prestarle atención.
De la misma manera que nos ocurre a nosotros, el hecho de no dormir adecuadamente afecta a la salud tanto física como mental de los gatos. Si el problema no se soluciona, pueden volverse irritables y ansiosos, hasta el punto de adoptar comportamientos agresivos, como arañar los muebles o maullar en exceso. Afortunadamente, los veterinarios y expertos en comportamiento felino conocen un truco muy sencillo y efectivo para que el gato disfrute de un descanso profundo por las noches.
Insomnio en el gato
En principio, puede parecer contradictorio hablar de insomnio en un animal tan dormilón. Sin embargo, lo que pocas personas saben es que, en la mayoría de los casos, el insomnio felino no está relacionado con una enfermedad, sino que la causa se encuentra en factores ambientales y de comportamiento. Lo que ocurre muchas veces es que gatos alteran sus ciclos de sueño: duermen de día y permanecen activos de noche, lo que afecta a su bienestar, y también a la convivencia en el hogar.
Algunos de los síntomas más habituales incluyen: maullidos insistentes de madrugada, despertares frecuentes que les impiden llegar a las fases de sueño profundo, irritabilidad y apatía. En gatos mayores, puede haber causas médicas que expliquen el insomnio, como problemas renales, dolor articular e hipertiroidismo.
El truco que funciona
El secreto para que un gato duerma mejor por la noche es reproducir un ciclo natural de actividad y descanso, similar al que tendría en estado salvaje. Los gatos son depredadores crepusculares: en la naturaleza, cazan al amanecer y al anochecer, y después duermen durante varias horas. Cuando viven en una casa, este instinto se ve alterado porque carecen de estímulos suficientes y tienen comida a su disposición sin necesidad de cazarla. ¿El resultado? Un exceso de energía que puede estallar en el peor momento, como a altas horas de la madrugada.
Los veterinarios y expertos en comportamiento felino recomiendan organizar sesiones de juego intensivo al final de la tarde o poco antes de dormir. Dedicar entre 15 y 20 minutos a juegos que imiten la caza (cañas con plumas, punteros láser, pelotas que rueden) ayuda a que el gato libere esa energía contenida. Después de la actividad, ofrecerle una pequeña ración de comida húmeda simula la secuencia natural de «cazar-comer-dormir», lo que induce el descanso nocturno.
Consejos adicionales
A la hora de adoptar un gato como mascota, una de las primeras cosas que debes saber es que son animales de rutinas, ya que el hecho de saber lo que va a ocurrir en cada momento les da seguridad. Si, cada día, a la misma hora, dedicas un rato a jugar con el gato y luego le das de comer, su cuerpo entenderá que después de la actividad llega el descanso. La paciencia es clave en este proceso, pero, con el tiempo, sabrá cuándo tiene que dormir.
El lugar donde duerme un gato también influye en la calidad de su descanso. Aunque muchos disfrutan echando la siesta en cualquier superficie, agradecen tener un espacio propio, tranquilo y seguro. Los gatos son muy sensibles a los cambios de temperatura, y necesitan un espacio cálido y con cierta altura (como una repisa o un árbol rascador con cama integrada) para sentirte protegidos y descansar profundamente.
Un error común es dejar que el gato pase el día sin ningún estímulo. La solución está en ofrecerle enriquecimiento ambiental: juguetes interactivos, rascadores, torres de escalada y ventanas con vistas al exterior mantienen a estos animales activos. Incluso algo tan sencillo como esconder pequeñas raciones de pienso por la casa estimula su instinto cazador y les obliga a moverse.
La alimentación es otro factor clave en la regulación del sueño felino. Una dieta equilibrada, rica en proteínas de calidad y adaptada a la edad del gato, ayuda a mantener estables sus niveles de energía. El exceso de carbohidratos puede provocar picos de hiperactividad seguidos de caídas bruscas, algo nada favorable para un buen descanso.
Aunque la mayoría de los casos de insomnio se deben a rutinas inadecuadas o a un exceso de energía en el gato, no hay que descartar causas médicas. Si tu mascota sigue mostrándose inquieta por las noches, lo mejor es acudir al veterinario. Lo más importante es recordar que el bienestar de tu gato y el tuyo están conectados; un gato que duerme plácidamente permite que su dueño también descanse.