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Los mejores callos de Madrid se comen en esta taberna de 1887 en la que intentaron asesinar al Rey

callos Madrid
Casa Ciriaco en Madrid.
Blanca Espada

En el corazón de Madrid, las calles respiran historia y tradición.  Y a pocos pasos de la majestuosa Catedral de la Almudena, el bullicio moderno convive con rincones que han sabido preservar el sabor de épocas pasadas. En un entorno donde lo contemporáneo parece dominar, algunos espacios se han convertido en auténticos guardianes de la esencia castiza de la ciudad. Es aquí donde tradición y memoria se unen para ofrecer experiencias únicas que combinan gastronomía y un legado que trasciende generaciones tal y como ocurre con el restaurante en el que puedes comer los mejores callos de Madrid, abierto desde 1887 en en el que intentaron asesinar al Rey.

Entre los lugares más emblemáticos se encuentra un rincón que ha sabido capturar el alma de Madrid. Sus paredes guardan relatos de una época pasada, mientras que en sus cocinas se preparan platos que han enamorado a madrileños y visitantes por igual. Este rincón no sólo es famoso por su excelente gastronomía, sino también por su papel en la historia de España. La especialidad de este lugar son los callos a la madrileña, un plato que combina tradición, sabor y autenticidad. Preparados con una receta que se ha mantenido intacta durante décadas, estos callos son famosos por su textura y un toque picante que los distingue. Pero no es lo único que destaca en su menú: albóndigas de ternera, gallina en pepitoria y la emblemática leche frita también forman parte de su carta. Conoce ahora la historia de este restaurante y una de sus mayores curiosidades en torno a la realeza.

Los callos más famosos de Madrid

La historia de Casa Ciriaco se remonta al Madrid del siglo XIX, cuando la ciudad comenzaba a transformarse en la gran capital que conocemos hoy. Bajo el nombre de Casa Baliñas, este local funcionaba como un almacén de vinos que pronto se convirtió en un punto de encuentro para tertulias y reuniones.

En 1929, los hermanos Ciriaco y Pablo Muñoz Sanz lo convirtieron en lo que conocemos hoy como Casa Ciriaco. Desde entonces, esta taberna ha mantenido su esencia y se ha consolidado como un templo de la cocina madrileña. Con capacidad para 120 comensales y varios espacios reservados, el restaurante ofrece un ambiente cálido y acogedor que transporta a otra época.

 

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Si algo distingue a Casa Ciriaco es su especialidad en callos a la madrileña. Este plato, elaborado con mimo y siguiendo una receta tradicional, se caracteriza por su mezcla de sabores intensos y una textura inigualable. Los callos se pueden disfrutar en su versión clásica o acompañados de garbanzos, una combinación que ha conquistado a generaciones de madrileños y visitantes.

La chef Amparo Moreno, con más de 40 años de experiencia en la cocina de Casa Ciriaco, ha sido la encargada de mantener viva esta tradición. Su dedicación y conocimiento de los secretos culinarios han convertido a este restaurante en un referente gastronómico.

Pero los callos no son el único atractivo de su menú. Otros platos castizos, como las empanadillas fritas o la gallina en pepitoria, también deleitan a los comensales. Para cerrar la comida nada como su leche frita que es el postre perfecto.

Un escenario de tragedia histórica

Casa Ciriaco no sólo es famosa por su gastronomía; también está vinculada a uno de los episodios más impactantes de la historia de España. El 31 de mayo de 1906, durante la boda del rey Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg, el anarquista Mateo Morral lanzó una bomba escondida en un ramo de flores desde un edificio cercano.

El atentado, que tenía como objetivo asesinar al monarca, dejó 24 muertos y más de 100 heridos, convirtiendo el día en una de las jornadas más trágicas de la historia reciente del país. El suceso no sólo  conmocionó a España, sino que marcó un punto de inflexión en la percepción de seguridad de la realeza y la necesidad de medidas más estrictas para proteger a los monarcas.

Casa Ciriaco, ubicada a pocos pasos del lugar del atentado, se convirtió en un testigo silencioso de aquel trágico episodio. Sus paredes, que años después recibirían a reyes, presidentes y artistas, estuvieron presentes en un momento que pudo cambiar el rumbo de la historia. Este hecho, aún recordado en Madrid, ha quedado ligado para siempre a la memoria de este emblemático lugar.

El ataque, aunque fallido en su objetivo principal, dejó un legado de reflexión sobre las tensiones sociales y políticas de la época. Para quienes visitan Casa Ciriaco, esta conexión histórica añade una dimensión única a la experiencia gastronómica, recordando que cada rincón de Madrid tiene una historia que contar.

En definitiva, Casa Ciriaco es mucho más que un restaurante; es un pedazo de la historia de Madrid. Su ubicación privilegiada, su decoración castiza y su oferta culinaria lo convierten en un lugar único. Comer en esta taberna es una experiencia que combina el placer gastronómico con un recorrido por la memoria histórica de España.

Ya sea para probar los famosos callos a la madrileña, disfrutar de un ambiente único o conocer un lugar que ha sido testigo de grandes acontecimientos, Casa Ciriaco sigue siendo una de las joyas más valiosas de la capital. Una visita obligada para quienes desean saborear la tradición y la historia en un solo lugar.

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