Por qué comer despacio: las razones para masticar lento cuando comes
Las buenas razones por las que es necesario comer lentamente y masticar bien cada alimento.
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Siempre estamos acostumbrados a hacer todo con prisas. Quizá no en los meses de verano, donde el ritmo se vuelve más indulgente y nos permite bajar el ritmo frenético de nuestras actividades, pero por lo demás nadie puede negar que el resto del año nuestro tiempo sigue un ritmo de vida con el que corremos el riesgo de lastimarnos en demasía. En resumen, no podemos reducir la velocidad durante el año. Sin embargo, hay momentos en los que debemos aprender a… ir despacio. Sí, porque a estas alturas ya no estamos acostumbrados a la lentitud y nos arriesgamos a correr incluso en momentos que requieren tiempos más prolongados. En concreto, debes comer despacio así que vamos darte las las razones para que entiendas el porqué hay que masticar lento cuando comes.
Por qué hay que comer despacio
En la mesa, ir con prisas es lo más dañino del mundo. En cambio, comer despacio nos podría aportar numerosos beneficios, que no podemos ignorar si tenemos en cuenta lo importantes que resultan.
Incluso si no estamos acostumbrados, debemos aprender a hacer un verdadero esfuerzo y reducir la velocidad en nuestra vida en general, pero de forma especial cuando nos sentamos a comer, o a cenar. Tratemos de comer despacio, porque solo así podremos darnos cuenta de lo bueno que es para nosotros. Estas son las principales razones por las que deberíamos empezar a hacer esto de inmediato:
- Nuestro cerebro necesita tiempo: ¿Qué quieres decir? Que el cerebro tarda al menos veinte minutos en decirnos que estamos llenos. Esto quiere decir que, si nos hartamos, en esos primeros veinte minutos podríamos comer de todo sin darnos cuenta de nada, sin sentir la más mínima sensación de saciedad. Esto aumenta considerablemente el riesgo de acabar engordando e incluso de sufrir obesidad.
- Mayor digestibilidad: comer despacio significa masticar más, y masticar más significa que la comida se digiere más inmediatamente. Esto también nos permitirá tener una mayor regularidad intestinal, y evitar trastornos gastrointestinales como el reflujo y la gastritis.
- Sentir los sabores: la comida, muchas veces lo olvidamos, es cultura. Nuestro paladar debe ser capaz de captar esta cultura. Al comer despacio nos damos el tiempo de percibir bien los sabores, en los matices que nos pueden gustar o no.
Con sólo estas tres razones es más que suficiente para que entiendas lo importante que resulta que mastiques bien cada alimento y que no tengas prisa cuando te sientas en la mesa.
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