Alimentación

¿Cómo se puede conservar el kéfir?

El kéfir es un excelente alimento probiótico que tiene muchos beneficios para la salud

Receta de bizcocho de Kéfir con pera sin gluten
El kéfir es un excelente alimento probiótico que tiene muchos beneficios para la salud

El kéfir es un alimento que se ha puesto muy de moda en los últimos tiempos ya que es muy saludable y tiene propiedades muy interesantes y positivas para quien lo consume. Muchas personas no saben cómo conservar el kéfir para que no se estropee, pero la verdad es que resulta muy sencillo hacerlo.

Este maravilloso alimento tiene su origen en la cordillera del Cáucaso y es una comida fermentada con un aspecto similar al yogur, con textura cremosa y sabor ácido. Tiene un gran número de nutrientes y propiedades muy beneficiosas para la salud.

¿Cómo conservar el kéfir?

El kéfir se puede conservar de diferentes maneras, siempre teniendo en cuenta cuándo lo vas a consumir. Si quieres guardarlo mucho tiempo, lo mejor es congelarlo, pero a corto plazo hay métodos muy eficaces que lo conservarán en buen estado durante unos días.

El kéfir se puede guardar en la nevera durante 4-5 días perfectamente, siempre y cuando lo pongas en leche o agua con azúcar para que no se estropee. Al estar en la nevera, los nódulos se fermentan gracias al frío y se conservan muy bien.

Si vas a necesitar conservar el kéfir durante más de una semana, lo mejor es recurrir al método húmedo. Pasa los nódulos por agua para limpiarlos bien, enjuaga y colócalos en un recipiente con agua mineral y azúcar o solo con leche. Mete el recipiente en la nevera y verás que te aguanta bien incluso 10 días o más, aunque pasado ese tiempo va perdiendo sus propiedades. Cuando lo quieras utilizar, mezcla los nódulos con leche y deja que fermenten 2-3 días en la nevera.

¿Se puede congelar el kéfir?

La respuesta es sí, y con muy buenos resultados, tanto que es el mejor método cuando quieres conservar sus nódulos durante mucho más tiempo. Debes hacerlo de la siguiente manera:

  1. Cuela la leche de kéfir y quédate únicamente con los granos o nódulos.
  2. Limpia los granos con mucha agua para que queden totalmente limpios y sin rastro de leche.
  3. Deja que los granos se sequen al aire por completo.
  4. Introduce los nódulos en un recipiente hermético y cierra muy bien.
  5. Mete ahora ese recipiente en otro mayor para crear un ambiente totalmente aislado para que el frío no pueda matar los hongos de los nódulos.
  6. Cuando los quieras descongelar debes hacerlo a temperatura ambiente, y una vez se hayan descongelado mételos en un recipiente con leche o con agua y azúcar para que fermenten nuevamente. Añade un poquito más cada día hasta que los nódulos tengan el volumen deseado.

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