Fernando Carro: «Si bato mi récord de España puedo ganar una medalla»

La sonrisa y el desparpajo de Fernando Carro (Madrid, 1992) atraviesan la pantalla. Esa sensación de conexión con el protagonista, vivida por los telespectadores en la inmensa mayoría de competiciones, se puede experimentar en primera persona al hablar con él antes de una competición, quién sabe si la más importante de su carrera deportiva, como los Juegos Olímpicos. Carro atendió a OKDIARIO para evaluar sus opciones en los 3.000 obstáculos en Tokio, donde llega con optimismo y la voluntad de colarse en la final. Y a partir de ahí, a soñar.

Pregunta: No está el gran rey, que es Kipruto, no sé si se ha abierto una oportunidad para que salte la sorpresa.

Respuesta: Del podium de hace cinco años en Río no queda ninguno y del año pasado de Doha hemos perdido al líder indiscutible que es Kipruto, que había ganado en la Diamond League y la final del Mundial de Doha, que fue artificial, construido para luchar contra la climatología. Nos dijeron que Tokio iba a ser lo mismo que Doha, un handicap aún mayor pero nada más lejos de la realidad. Tokio es una ciudad de calor, sobre todo en las horas más complicadas, pero no es para nada Doha.

P: ¿Cómo son las sensaciones en Tokio? No es lo mismo que en Doha pero ya ha afectado a varios deportistas…

R: No es lo mismo, pero sigue siendo duro. Estoy preparado para luchar contra un montón de adversidades, sobre todo este año, que ha sido la más grande de todos en nuestras vidas. El tema climatología es complicado pero hay maneras de salvarlo. Hay horas al día que son mejores, en tenis se han plantado y han conseguido que los horarios sean diferentes, y nosotros vamos a conseguir solventarlo. Por la mañana mi prueba es a primera hora, como no están esos atletas que decíamos antes, se abre una hipotética final con muchas posibilidades para todos y hay que esperar. Me ha tocado un cruce muy complicado en las semis, es el handicap que tengo que salvar, y si todo va bien, toco madera, pues a luchar con lo que nos quede.

P: Entre sus marcas hay un 8:05. ¿Puede dar para luchar una medalla?

R: Mi mejor marca es de hace dos años, el record nacional en 8:05, si consiguiera trasladar esa marca a una final olímpica es probable que estemos en una marca de medalla, el año de Doha, hace dos años, no hacías medalla. Pero con esa marca estás al menos en puestos de finalista que es lo que yo busco aquí. Hay que trasladarlo, tiene ese componente de qué carrera te tocará, si será rápida o lenta, y cómo será la final, si estás dentro. Con la climatología no es lo mismo competir, no hay liebres, el que entiende de atletismo sabe que a veces no es fácil plasmar las mejores marcas en los grandes campeonatos. En Río los paralímpicos corrieron más rápido que los olímpicos y dio qué hablar, por una carrera táctica que pasa mucho en obstáculos y en la larga distancia, se especula mucho en un gran campeonato.

Primero tenemos que estar en los cortes, pasar a la final, y si queremos buscar la mejor marca de toda mi vida ojalá se pueda dar aquí pero no es algo que me preocupe. Sé que estoy para hacer algo similar por los entrenamientos pero lo importante es estar competitivo y en ese juego de ajedrez lo más importante es saber mover fichas mejor que el resto. Ojalá podamos dar una alegría al equipo y a nuestro país.

P: La gente no tiene muchas esperanzas en atletismo. ¿Qué hay que hacer para convencerles?

R: Tenemos un grupo muy joven que es importante, porque nos da proyección a futuro, y eso puede ser lo que resta confianza en los medios. Creo que el deporte en general y los medios empiezan a entender cómo funciona el equipo, la transmitimos a los espectadores que nos acompañan en este largo viaje. El atletismo es muy complejo, es el deporte más global y universal, el más fácil de practicar en cualquier lugar del mundo. Te puede salir un campeón mundial en cualquier lado del mundo y es un handicap contra el que luchamos. Es el mejor deporte como embajador del deporte global pero los españoles nos tenemos que partir la cara contra países con una densidad geográfica voraz.

La gente empieza a entender que lo complicado muchas veces es estar aquí, en un corte complicado de 45 corredores. Nosotros trasladamos la ilusión por competir, dar a entender que la representación es complicada en unos Juegos Olímpicos. Todos venimos a hacer las mejores marcas posibles, porque competimos contra nosotros mismos y eso es lo que nos va a llevar a ser los mejores deportistas posibles, pero también nos va a llevar a tener resultados individuales que es lo que va a quedar.

P: ¿Cómo se gestiona la presión al más alto nivel? Acabamos de ver el ejemplo de Simone Biles que no ha podido. 

R: Por ejemplo, estoy viendo que Simone Biles aparece aquí en un cartel en una imagen. El prisma que puedo aportar yo es completamente diferente al que pueda aportar ella, es la deportista más icono del deporte olímpico en general y al igual que Allyson Felix se ha convertido en icono también en la lucha por encontrar una equidad. Ellas tienen una perspectiva que yo no puedo aportar. Sí que sé que dentro del nivel de presión al que yo me he visto sometido, hay que saber salvarlo, pintarlo, darle forma. La presión al final es algo que si la sabes canalizar te puede llevar más lejos, pero si no sabes canalizarla y dejas que esa mochila de piedras esté demasiado en tu espalda acaba doblándote y te sigue destrozando tus emociones y tu personalidad. Son personas que sufren mucho porque están muy expuestas. Yo sólo he vivido cosas muy bonitas, me he enfrentado a los medios con una gran aceptación y el nivel que tengo no le llega ni a la suela de los zapatos a una deportista como Biles.

P: Fernando Carro es madridista. ¿Una final suya en Tokio o que el Madrid fiche a Mbappé?

R: Yo creo que mi madre diría que Fernando, pero tendría bastantes dudas. La mujer ha tenido que pasar un cáncer de mama en los últimos años y nunca le había gustado el fútbol. Mi padre tiene abono del Madrid y asiento de toda la vida y fue justo mi deporte, pero sobre todo el fútbol lo que la hizo recobrar las esperanzas de mantenerse con nosotros. De hecho desde que tuvo que enfrentarse al cáncer empezó a ir al estadio. No sé si ella prefiere a Mbappé o a mí, creo que a mí o eso espero, mamá.