Voluntarios españoles contra el Daesh: «O los paramos en Irak o lo hacemos en Madrid, hay que elegir»
Simón de Monfort es uno de los españoles que lucha con las fuerzas del YBS (Ejército de Resistencia de Sinjar) contra el Daesh. Ex boina verde del Ejército español, este voluntario combate a los yihadistas «por las atrocidades que cometen y porque hay que pararlos. O lo hacemos aquí, o les paramos en Madrid, hay que elegir».
Cake Minuesa recorre las posiciones del YBS en la ciudad de Sinjar, al norte de Irak. Esta ciudad, reconquistada al Daesh, se encuentra en primera línea de fuego. La milicia a la que pertenece Monfort mantiene a raya a los radicales islamistas pero el peligro es evidente. Cada día, al amanecer, los terroristas lanzan disparos de mortero contra las posiciones defensivas del YBS. El peligro es evidente y las escaramuzas se suceden.
La separación de poco más de 800 metros permite que los terroristas lancen vehículos cargados de explosivos conducidos por suicidas con el fin de provocar el mayor número de bajas entre los milicianos. «Nosotros no hemos venido aquí a morir, si no haríamos lo que ellos, nos inmolaríamos. Estamos aquí para luchar contra el Daesh».
Monfort, que no sabe si una vez finalizada la guerra contra los yihadistas podrá regresar a España, explica que para Daesh todo el mundo es su enemigo. «Ellos quieren instaurar aquí su califato, y todo lo que se encuentren por el camino lo eliminan, da igual si son cristianos, musulmanes o yazidíes». También lanza una advertencia a las potencias occidentales. El enemigo se está infiltrando en Europa y nadie hace nada. «A los iraquíes les interesa tener abierto un corredor, una vía de escape, para que los miembros del Daesh huyan de Mosul hacia Raqqa (Siria)» porque de esta manera los pocos que se queden «no causarán tantas bajas en el ejército iraquí». Una vez en Siria, según Monfort, estos combatientes no se van a quedar a la espera de que el régimen de Al Assad tome represalias contra ellos. «¿Y qué es lo que hacen? Pues huir a donde les reciben con los brazos abiertos, entran en Europa».
Esta es la cruda realidad del día a día de un grupo de voluntarios entre los que, además de españoles, hay milicianos de todas las nacionalidades.
Temas:
- CiudadanOK