Rusia, Marruecos y Cuba: los países con más actividad de sus agentes de Inteligencia en territorio español
El auge de los servicios secretos extranjeros en España en los últimos meses detectado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) bate todos los récords. Un aumento exponencial del que informaron al Gobierno de Pedro Sánchez. Tal y como ha podido saber este periódico, tres de los países que practican operaciones secretas más agresivas en el territorio español son Rusia, Marruecos y Cuba, pero hay muchos más. Incluso, también algún servicio de inteligencia que, en teoría, es aliado.
La División de Contrainteligencia del CNI es el área encargada de detectar y neutralizar las operaciones de los servicios de inteligencia extranjeros en España. Precisamente, Esperanza Casteleiro, hoy mano derecha de la ministra Robles que ostenta el puesto de secretaria de Estado de Defensa, dirigió esta unidad. A pesar de que lo hizo hace varios años, Casteleiro continúa siendo considerada en La Contra como “una gran referente”.
El informe que el CNI remitió a Moncloa y que desvela OKDIARIO asegura que una de las actividades detectadas entre los servicios de inteligencia hostiles, es decir, el de los países no aliados con España, es el “seguimiento y control de las actividades de sus nacionales en el exilio, especialmente de líderes de la oposición y movimientos contrarios a sus gobiernos”. En este caso, Cuba es el país que más se asemeja a este tipo de acciones. Una de sus actividades se centra en monitorizar los movimientos sociales conformados por disidentes del castrismo.
Este tipo de espías se dedican a buscar activamente el “apoyo político, tanto dentro de España como de la UE, para legitimar sus regímenes en el ámbito internacional”. Tanto en España como en el resto de países, los servicios de inteligencia tienen delegados y personal acreditado. Habitualmente, suelen ser funcionarios con inmunidad diplomática que trabajan para sus respectivas embajadas. Pero siempre enseñando sus cartas: el país receptor sabe quién es oficial de inteligencia. Sin embargo, el CNI también denuncia la presencia de “agentes itinerantes”.
Los países que usan este tipo de espías, según la información obtenida por el CNI, usan España para “ejecutar actividades que incluyen la captación y explotación de fuentes”. De la misma manera, también tienen entre sus objetivos “obtener financiación para sus gobiernos a través de medios legales o fraudulentos”. Los servicios de inteligencia españoles avisan de que, además, “algunos de ellos buscan métodos para eludir las sanciones internacionales vigentes sobre sus países”.
Los espías de Marruecos en Logroño
También buscan “adquirir material de doble uso necesario para su industria de defensa, así como para la exportación de armamento”. El organismo que dirige Paz Estaban asegura que, algunos de estos países, “utilizan España como base de operaciones para alcanzar objetivos informativos que están fuera de sus fronteras”. Los espías rusos, por ejemplo, que son serios, meticulosos y muy pacientes, están muy interesados en las empresas armamentísticas españolas.
De hecho, una de las tácticas que usan los espías extranjeros para realizar su trabajo de inteligencia en cualquier país de Europa es “obtener la residencia en el país e incluso la nacionalidad”. El objetivo es claro: tener libre acceso al espacio Schengen con el fin de poderse mover libremente sin levantar grandes sospechas. Sin embargo, esta técnica está más que detectada por parte del CNI que, en ocasiones, logra evitar concesiones de nacionalidad española después de sospechar que, en realidad, se está llevando a cabo una operación de espionaje encubierto.
Los servicios secretos rusos usan de manera habitual esta técnica. En primer lugar adquieren la identidad de un fallecido en un país de América Latina, por ejemplo. Seguidamente, viajan a España ya con la nacionalidad latina. Y, una vez están en territorio español solicitan la nacionalidad española. Si se les concede ya tienen vía libre para operar por toda la Unión Europa sin levantar sospechas.
Marruecos, hoy en el punto de mira por la posible autoría de los ataques con Pegasus a los teléfonos móviles de Pedro Sánchez y Margarita Robles, también despliega de manera habitual redes de agentes operativos en el territorio español. OKDIARIO ha desvelado una de esas operaciones, que tuvo lugar hace ahora justo un año, en mayo de 2021 en la capital de La Rioja.
Coincidiendo con la presencia de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, en el hospital San Pedro de Logroño, Marruecos envió a varios espías para rastrear los pasos de los acompañantes de Ghali. Uno de sus objetivos era conocer si tenían reuniones con miembros del Gobierno o, en su defecto, con enviados del Ejecutivo. Al menos dos de esos agentes pernoctaron en un hotel ubicado en la Avenida Gran Vía Juan Carlos I de la ciudad del vino.
Localizar sus pautas de comportamiento
Sin embargo, para el CNI, las operaciones de espías extranjeros más preocupantes son las que llevan a cabo regímenes totalitarios. El motivo es que estos territorios cuentan con enormes recursos económicos y de personal. También que sus gobiernos les ordenan volcarse hasta conseguir información como sea. Otros países, en cambio, centran su actividad en anticiparse a las decisiones que tome España en relación a sus propios intereses.
El CNI ha detectado en más de una ocasión a personas que han sido sobornadas por servicios de inteligencia extranjeros que estaban interesados en los contratos de importantes empresas españolas con fuerte presencia en otros países. Su objetivo era obtener información sobre las condiciones de esos contratos ventajosos para sus países y así presentarse a licitaciones en superioridad de condiciones.
El trabajo de La Contra del CNI es muy delicado. En muchas ocasiones, los servicios de inteligencia extranjeros están encubiertos para que el CNI no se entere de que trabajan para otros países y en el CNI trabajan para que ellos no sepan que se han enterado. Esta área está especializada, entre otras cosas, en hacer seguimientos y en localizar pautas de comportamiento. Monitorizando sus pasos el CNI no sólo descubre sus intereses, sino también a qué personas recurren para obtener información. Otra de las tácticas usadas por muchos servicios de inteligencia cuando operan en el extranjero es montar agencias de viaje. Así, entran y salen de los territorios sin levantar muchas sospechas.