La red clientelar de Marlaska acapara los mejores destinos en embajadas y organismos internacionales
Una veintena de los cargos policiales más estratégicos a escala mundial están en manos de profesionales sanchistas
La red clientelar de policías afines al PSOE del ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska copa las agregadurías y consejerías de las embajadas más importantes de España y otros organismos policiales internacionales. Según una investigación realizada por OKDIARIO los destinos para inspectores jefes y comisarios del Cuerpo Nacional de Policía han sido designados durante el Gobierno de Pedro Sánchez premiando la afinidad política y el nepotismo.
En la actualidad, una veintena de los cargos policiales más estratégicos a escala mundial están en manos de profesionales sanchistas. En esa lista habría que destacar las embajadas de París, Bruselas, Buenos Aires, Roma, México, Rabat, Quito, La Haya, Berlín, Moscú, La Habana, Caracas y Pekín, entre otras. Así mismo, los policías prosocialistas acaparan los destinos de la cúpula policía, que tienen la responsabilidad de ejecutar esos nombramientos, y en organismos internacionales como INTERPOL, EUROPOL y CEPOL.
OKDIARIO desveló que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska ha logrado consolidar una amplia red clientelar en el exterior de policías afines al Gobierno socialista y al PSOE para seguir ostentando el control en Embajadas y delegaciones internacionales cuando se produzca la caída de Pedro Sánchez. En el seno de la Dirección General de la Policía se les conoce como la “internacional socialista”.
Factoría de enchufes
Este periódico denunciaba que desde que el sanchismo aterrizó en La Moncloa en 2018, la Dirección General de la Policía, a cargo de Francisco Pardo Piqueras, con la anuencia de Grande-Marlaska, se había convertido en una factoría de enchufes y nepotismo. Pardo Piqueras se ha comportado siempre como un fontanero socialista preocupado en fortalecer y blindar a los incondicionales de su clan. En esa labor está asistido por el triunvirato formado por las comisarias principales: Almudena Tudanca, subdirectora general de Cooperación Internacional (DGRIE), desde 2021; Alicia Malo, jefa de la División de Cooperación Internacional (2020) y Yolanda Rodríguez, secretaria general de la División de Cooperación Internacional (2021).
Para perpetuar esa red clientelar, la Dirección General de la Policía sacaba a concurso hace unas semanas 14 plazas para agregados y consejeros de embajadas. Según fuentes policiales, Grande-Marlaska y sus acólitos pretenden con prisa reforzar su poder en el extranjero antes de que se produzca una hipotética derrota electoral el próximo 23J. Los destinos afectados son: Brasilia, Buenos Aires, Londres y París, como consejeros, y Bruselas/Luxemburgo, Santiago de Chile, París/Mónaco, Bissau, Trípoli, México, Panamá, Varsovia, Bucarest y Damasco.
El complemento especial para estas nóminas va desde 26.869 euros para los cuatro primeros destinos como consejeros (comisarios principales) hasta los 10.597 para el resto de embajadas, como agregados (mínimo inspectores jefes). Así mismo, la orden policial sacaba a concurso las plazas de Oficial de Enlace en Casablanca, La Haya, Nanterre y París. Todos estos destinos pasan por la mesa de la jefa de la División de Cooperación Internacional, ocupada por la comisaria principal Alicia Malo y por la subdirectora general de Cooperación Internacional (DGRIE), ambas protegidas y promocionadas por el ministro Grande-Marlaska.
Para las fuentes policiales consultadas por OKDIARIO sería una cacicada apresurar los tiempos para colocar en las embajadas a los pro-socialistas. No da tiempo para antes del 23-J, pero sí en el periodo en el que el Gobierno de Sánchez esté en funciones. El nuevo ministro que saliera de las elecciones tendría difícil revocar los nombramientos porque la alegación de falta de confianza ha de ser profesional y no personal.
La trama exterior de Marlaska
Si durante las legislaturas de los gobiernos de Felipe González adquirieron gran notoriedad un grupo de policías que fueron apodados por sus compañeros como los “pablitos” -en referencia a su ideología afín a Pablo Iglesias, el fundador del PSOE-, los integrantes de la “internacional socialista” de la Policía de Marlaska podrían ser catalogados como los “sanchistas”.
De ese clan los más señalados ocupan las más importantes plazas policiales a escala mundial. En Buenos Aires (Argentina), que también se ocupa de Paraguay y Uruguay, Interior borró de la lista al comisario principal Enrique Barón, que había sido comisario general de Información durante los gobiernos de Mariano Rajoy, y colocó a una comisaria fuertemente ideologizada: a Concepción de Vega Caamaño, conocida entre sus compañeros por Concha, que se jubilará a finales de 2023. La policía es hija del que fuera magistrado y presidente de la Sala II del Tribunal Supremo, José Augusto de Vega. A pesar de que Barón realizó el curso de consejero de Embajada y le entregaron la documentación y el pasaporte oficial de su nuevo cargo en Buenos Aires, en el último instante Grande-Marlaska se inclinó por la comisaria socialista y frustró el nombramiento.
En París (Francia), el comisario principal Francisco Gil fue promocionado al cargo de consejero en contra de otros candidatos mejor cualificados. Gil jugaba con cartas marcadas: su esposa era Antonia Mena López, que había sido subdirectora general de Cooperación Internacional (DGRIE) y más tarde, con su marido en París, fue nombrada co-representante permanente en Bruselas (COREPER). Quedaban separados por 375 kilómetros, pero unidos por un salario mensual de 30 mil euros entre ambos.
En México, fue nombrado agregado de la Embajada José Carlos Castillo Fernández, a pesar de que en su curso de comisario fue uno de los alumnos que obtuvo peores calificaciones en las pruebas correspondientes. Aun así, obtuvo la plaza de jefe de la Brigada de Información de Sevilla y después se marchó a México. Castillo se jacta en público de sus inclinaciones socialistas y de su amistad con el ex ministro del Interior, Alfredo Pérez-Rubalcaba, ya fallecido.
En Roma (Italia), el clan de la Policía colocó a Pilar Allué, que había sido comisaría general de Policía Científica y subdirectora de la Junta de Gobierno con Marlaska. Se peleó con Pardo Piqueras por un asunto de protagonismos, pero no salió malparada con su cargo en la Ciudad Eterna.
Malestar marroquí
En Rabat (Marruecos), la suerte recayó en Enrique Taborda, que había sido comisario general de Extranjería y Fronteras. Lo nombró Marlaska en contra del criterio de las autoridades marroquíes que preferían otro perfil profesional. En el nombramiento se producía algo anómalo: era poco asumible que un miembro de la Junta de Gobierno de la Policía se le permitiera por un capricho del ministro destinarlo en una Embajada tan clave como la de Rabat. Taborda está considerado en la Policía como otro de los “meteoritos” que cambió de chaqueta con la llegada de Sánchez.
La Embajada en Quito (Ecuador) fue adjudicada a Manuel Álvarez, que ya tenía experiencia en Senegal, aunque de ese destino salió de manera poco clara. Sin embargo, con la llegada de Sánchez pegó el salto a la Comisaría General de Extranjería y Fronteras como jefe de la UCRIF. Álvarez tenía buena madrina: su esposa, la comisaria María Marcos, fue nombrada por Sánchez como jefa de Seguridad de La Moncloa. Marcos está considerada como la policía más determinante del PSOE, sobre todo por su perfil muy ideologizado. Podría haber llegado al máximo cargo de la Policía -DAO- pero carecía de una titulación mínima para ser subdirectora.
María Marcos también logró colocar a su amiga Piedad Álvarez como su segunda en Presidencia del Gobierno. La comisaria principal Álvarez es la actual jefa de la Unidad Central de Ciberdelincuencia (UCC). Su marido ocupa otra plaza en el extranjero. En La Haya se produce el caso más infame de nepotismo y enchufismo policial. Acaba de ser nombrado como agregado en la Embajada de Holanda el inspector jefe Javier Teodoro Vázquez Jiménez después de permanecer nueve años en una plaza de EUROPOL y 5, anteriormente, como Oficial de Enlace en el mismo organismo. En total, Vázquez permanecerá hasta 19 años en La Haya con un salario mensual de más de diez mil euros.
La designación de Vázquez ha provocado un categórico rechazo en el seno del Cuerpo Nacional de Policía. Un comisario con años de experiencia que se ha batido el cobre contra bandas mafiosas declaró a OKDIARIO: “Esto sí es un grupo organizado que repugna a los verdaderos profesionales de la Policía. Espero que el PP cabe con esta mafia, que se reparten los cargos y el dinero”.
En Moscú consiguió la plaza José Miguel Ruiz Igusquiza, quien fuera jefe de la UIP en 2012. Es otro de los comisarios que le quitó la plaza a Enrique Barón, penalizado por Marlaska. El ex comisario general de Información presentaba un expediente más completo, pero procedía de los ejecutivos de Rajoy. En La Habana (Cuba) fue nombrado, en 2022, Rafael Madrona, un comisario que adquirió protagonismo en las operaciones Malaya y Ballena Blanca. En Caracas, Julio Ros Almirón en 2021 y en Pekín, Francisco Pineda Fernández, en 2020.
El colmo del nepotismo
Pero donde más chirría el nepotismo es en las instituciones policiales europeas. En la Oficina de Enlace de EUROPOL hasta hace poco ha permanecido el incombustible Alfredo García Miravete. Fue su jefe en dos ocasiones tras una recalificación ad hoc del puesto. En los últimos meses viene encargándose de la representación de la Policía Nacional durante la Presidencia de España. A sus 60 años ha pasado por todos los cargos europeos y ha beneficiado a todos sus afines prosocialistas. Al frente de CEPOL, otra institución policía europea con sede en Budapest que se encarga de los cursos de formación, se halla otra de las premiadas: Montse Marín, en Budapest.
Muchos de estos destinos han sido promocionados por el comisario principal Mariano Germán Simancas Carrión, posiblemente el profesional del Cuerpo Nacional de Policía que más se ha beneficiado de las puertas giratorias en el exterior. Este ha sido su currículum: director adjunto de EUROPOL (2005, con Rodríguez Zapatero), consejero en la Embajada de Berlín (2010-2014), jefe de la División de Cooperación Internacional (2015) y asesor ejecutivo de la Dirección General de la Policía (2018). Con Sánchez, a pesar de ya estar jubilado, fue designado como colaborador en otro organismo internacional, la FIIAPP, que así mismo proporcionaba unas remuneraciones a la altura de Simancas.
La endogamia y el enchufismo policial le llevó a recomendar a su hijo Germán Simancas Aroca para una plaza de becario en Europol dentro del proyecto Front Office de recursos humanos, careciendo de los requisitos para tal puesto. Pronto se filtró a los medios de comunicación que el hijo de Simancas pertenecía al círculo de Podemos en los Países Bajos.