La ‘Juana Rivas’ de Ibiza: en prisión por apartar a su hijo del padre denunciado por abusar del menor

Juana Rivas
Ana tiene 35 años y lleva cuatro meses en la cárcel por negarse a entregar a su hijo al padre denunciado por abusos.

Los casos similares al de Juana Rivas, la mujer que se encuentra en busca y captura por negarse a entregar a su hijo al padre denunciado por malos tratos, se multiplican por toda España.

Una mujer de 35 años, Ana, permanece en la cárcel de Ibiza desde hace cuatro meses por negarse a entregar a su hijo de cuatro años a su ex novio, al que había denunciado por presuntos abusos sexuales al menor. La madre se encuentra en prisión provisional desde el pasado 27 de marzo. Desde entonces, no le han permitido ver a su hijo. La Fiscalía pide para ella una pena de tres años de cárcel por un presunto delito de sustracción de menores.

La relación de la pareja había cesado en 2014 (cuando el niño tenía un año), si bien ambos acordaron mantener la custodia compartida. El pasado mes de octubre, Ana acudió al Juzgado a denunciar que el pequeño había sufrido presuntos abusos sexuales por parte del padre.

La noche antes, cuando preparaba a su hijo para acostarlo, éste le había relatado: «Mami, te voy a contar un secreto, yo le toco la churra al papá. Se la toco en el baño para que nos nos oiga la abuela». Siempre según la denuncia, el menor explicó que «su padre se bajaba los pantalones y los calzoncillos y después el niño hace el gesto de mover la pelvis de delante hacia atrás». La madre aportó también un parte del médico de urgencias que reflejaba una versión muy similar del testimonio del niño.

Se escondió en Alicante

Ante esta denuncia, en un primer momento el Juzgado de Instrucción número 2 de Ibiza suspendió el régimen de guardia y visitas del pequeño. Pero tan sólo dos días después, decidió restablecer la custodia compartida y ordenó a Ana entregar a su pequeño al padre. Cuando la Guardia Civil se presentó en su casa para recoger al niño, la madre se negó a entregarlo.

Dos semanas después, el pasado 17 de noviembre, el padre acudió al cuartel de la Guardia Civil a denunciar la desaparición de su hijo. Finalmente, la juez dictó el 9 de febrero una orden de búsqueda y captura de la madre, que se encontraba en paradero desconocido.

Gracias a los pinchazos telefónicos ordenados por la juez, la Guardia Civil detuvo finalmente a Ana, que llevaba cinco meses escondida con su hijo en un chalé de Jávea (Alicante). Durante este tiempo, señala la juez, «el menor estuvo sin escolarizar y sin control médico alguno».

A través de las mismas intervenciones telefónicas, la juez tuvo conocimiento de que Ana se había mantenido en contacto con su actual pareja, Jennifer, quien por tanto habría tenido conocimiento de dónde se escondía la madre. Desde Ibiza, Jennifer se encargó de gestionar los dos negocios de animales que regentaba Ana y le envió dinero para que pudiera subsistir en su escondite de Jávea.

La juez no llamó a declarar a los médicos

La defensa de Ana ha alegado que no quebrantó el régimen de visitas del niño con su padre, porque estaba caducado, tal como acreditó en su informe pericial una catedrática de Derecho de la Universidad de Barcelona. Pero de nada le ha servido este argumento.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Ibiza denegó el pasado día 3 la petición de puesta en libertad de Ana. El auto judicial sostiene que se mantiene el «riesgo de que la madre pueda volver a intentar desaparecer junto con su hijo menor de edad», como demuestra el hecho de que incumpliera los mandatos judiciales para entregar al niño y se ocultara en Jávea durante cinco meses.

En cuanto a la denuncia por presuntos abusos al hijo de Ana, el Juzgado la archivó el pasado mes de julio sin tomar declaración si quiera al médico de guardia y a la psicóloga forense que habían atendido al niño y que recomendó que el menor sólo pueda verse con su padre en visitas tuteladas. A la juez le bastó con escuchar al padre, quien negó la acusación.

La Fiscalía pide ahora una condena de tres años de cárcel para Ana, como autora de un delito de «sustracción de menores», y un año y nueve meses para su actual pareja, Jennifer, como colaboradora en este delito. Juana Rivas, quien se encuentra en busca y captura desde este miércoles, sabe ahora que puede correr la misma suerte que Ana por negarse a entregar a su hijo al padre denunciado por malos tratos.

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