La infanta Cristina mintió: su firma acredita que sí asistía a las juntas de Aizoon
La infanta Cristina optó por el camino más fácil: se negó a someterse al interrogatorio de la acusación popular y sólo aceptó responder a las preguntas que había ensayado con su abogado defensor.
Y aún así, incurrió en graves contradicciones que pueden pasarle factura ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Mallorca presidido por la magistrada Samantha Romero.
A preguntas de su abogado, la infanta aseguró que nunca ha asistido a una junta de Aizoon, la sociedad que comparte al 50% con su marido, Iñaki Urdangarin.
Pero la documentación que obra en la causa instruida por el juez José Castro demuestra que ha faltado a la verdad. La firma de Cristina de Borbón aparece estampada en el acta de la junta general extraordinaria celebrada por Aizoon en 2007.
Fe ciega en la inocencia de Urdangarin
Según el documento, en esta reunión la junta de socios (formada por la infanta y su marido) acordó la compra de 150.000 euros en acciones de Mixta África, una sociedad de la que era consejero Iñaki Urdangarin.
Este dato tiene especial interés porque la Agencia Tributaria acreditó que se trataba de una operación fraudulenta. Mixta África había regalado las acciones a Urdangarin, pero éste simuló que las compraba a través de Aizoon, la mercantil de la que era socio junto a su mujer. Al hacerlo, habría defraudado más de 120.000 euros a Hacienda, siempre según el informe de la Agencia Tributaria.
Y todo ello con la firma estampada de la infanta Cristina como prueba de una reunión de la junta de Aizoon a la que, según aseguró el jueves desde el banquillo, nunca asistió.
Por tanto, o bien la infanta mintió en este extremo, o su marido le hizo firmar el acta de una reunión que nunca se celebró. Pero esta última explicación casa mal con la afirmación, también pronunciada el jueves por Cristina de Borbón de que cree absolutamente en la inocencia y la buena fe de su marido.
Celebraban «juntas informales»
También Iñaki Urdangarin ha incurrido el contradicciones sobre esta cuestión. Durante su declaración como imputado, aseguró a preguntas de la acusación popular que la sociedad familiar Aizoon no celebraba juntas.
La abogada de Manos Limpias Virginia López Negrete le mostró entonces el folio del sumario en el que había afirmado lo contrario: ante el juez instructor José Castro, Urdangarin había asegurado que las actas de las juntas de Nóos eran auténticas.
Acorralado por esta prueba, el marido de la infanta Cristina aseguró entonces que la empresa familiar, compartida al 50% con su mujer, celebraba «juntas informales» pero no pudo aclarar a qué se refiere con esta expresión.
Informales o no, ninguno de los dos miembros del matrimonio ha logrado explicar por qué la firma de la infanta está estampada en un documento que acredita la «operación fraudulenta» de la compra de acciones de Mixta Africa.
‘Levantar el velo’ de Aizoon
Según sostiene la acusación popular, la «ignorancia deliberada» exhibida por la infanta no le exime de la responsabilidad legal en la que incurrió en los delitos fiscales cometidos por su marido a través de la sociedad que compartían.
Por su parte, el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach ha puesto en marcha la táctica de levantar el velo de Aizoon: con ella pretende demostrar que la sociedad familiar que pagaba los gastos personales de la infanta era un mero «artificio contable» cuyas irregularidades sólo son imputables a su marido.
Horrach inició el interrogatorio de Urdangarin con varias preguntas encaminadas a demostrar que la infanta ignoraba por completo cualquier aspecto de sus negocios.
Cuando la presidenta del tribunal, Samantha Romero, le llamó la atención por este proceder, Horrach alegó que “la función de la Fiscalía no es sólo acusar, sino oponerse a las acusaciones que estima infundadas”.