El director del CNI coloca en la seguridad del Santander a la ex número 2 de los espías
El director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, ha colocado a la ex secretaria general de la inteligencia española y enlace con la CIA, Elena Sánchez, como responsable de la Seguridad del Banco Santander.
No es el primer alto cargo del CNI que el general Sanz Roldán ha logrado reubicar en grandes empresas españolas tras los servicios prestados en el espionaje. Y Elena Sánchez, que llegó a ser entre 2008 y 2012 la número dos de La Casa –como se conoce a la sede de los espías– llevaba 30 años como directiva del Centro.
Un portavoz del CNI declaró a OKDIARIO que “ni confirmaba ni desmentía” la información, pero fuentes próximas al Banco de Santander manifestaron que Elena Sánchez lleva trabajando en la entidad desde hace 15 días. La ya ex espía ha sido nombrada directora de Seguridad e Inteligencia del Grupo.
La ex número dos del CNI, que introduce en el Santander el modelo corporativo de inteligencia, tiene mando en plaza en toda la red mundial del banco con presencia en cinco países de Europa y en seis de América. El área de ciberseguridad sigue en manos de un ingeniero que procede de la British Petroleum.
Con anterioridad el general Sanz Roldán, que dirige el CNI desde julio de 2009, colocó a otros dos de sus hombres en Telefónica y en Repsol, siempre con el visto bueno de la Vicepresidencia del Gobierno, a la que pertenecen los servicios de información.
Sanz Roldán ha hecho valer su planteamiento de que las grandes empresas españolas (Telefónica, Repsol, Gas Natural, Iberdrola, Iberia… o los bancos españoles con proyección internacional), muchas de ellas muy vinculadas a la estrategia y a la seguridad, necesitan a altos directivos con experiencia en el CNI para garantizar las respuestas necesarias que garantice la ciberseguridad e impida el ciberespionaje.
El general razona que el espionaje a empresas estratégicas del IBEX 35 se ha convertido en una de las prioridades del CNI. Según los datos propios de La Casa, en 2016, hubo 20.940 ataques contrala ciberseguridad y, en 2017, más de 25.000.
Con conexiones en EEUU
La ex número dos del CNI, Elena Sánchez es una avezada espía que ingresó en los servicios secretos en 1988, a los 26 años, poco después de finalizar sus estudios de Filología inglesa en la Universidad Complutense de Madrid. Entonces el espionaje español estaba bajo las siglas del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) y su director era el teniente general Emilio Alonso Manglano.
Sánchez, 20 años después, se convertía en la tercera mujer –la primera, María Dolores Vilanova, había sido nombrada por Jorge Dezcallar en 2002– que alcanzaba la dirección de la Secretaría General, el segundo cargo con más poder de los servicios secretos españoles. Tenía el rango de subsecretaria de Estado y el nombramiento le llegaba en el arranque de la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, siendo director del Centro Alberto Saiz.
Cuatro años después, tras el cambio de signo del Gobierno y con el aterrizaje de Mariano Rajoy en La Moncloa, fue cesada de su cargo en agosto de 2012 y fue destinada a Washington como responsable de la Delegación del CNI en la capital de Estados Unidos. La sustituía otra mujer espía, Beatriz Méndez de Vigo, hermana del actual ministro de Educación, Cultura y Deporte.
No obstante el destino de Washington más que un castigo significaba toda una oportunidad para afianzar las relaciones con la CIA, con la que había establecido unas buenas relaciones mientras era secretaria general. A España le interesaba potenciar los contactos con el Centro de Inteligencia norteamericano para enfrentarse a la amenaza terrorista yihadista y combatir los secuestros de ciudadanos europeos en las zonas del Sahel y el Magreb, del que Sánchez era una experta.
Un experto en seguridad corporativa de una macroempresa española manifestó a OKDIARIO que el sector privado nada tiene que ver. Resulta paradójico que el director que la cesaba, el general Sanz Roldán, ha intercedido ahora para que consiga la dirección de seguridad del Banco de Santander, una de las más importantes y remuneradas de España.
Segunda promoción de mujeres del CESID
Elena Sánchez nació en 1962 en el Aaiún, en el Sahara Occidental, cuando todavía era provincia española, en el seno de una familia de militares. Es hija y nieta de profesionales de la milicia. Su abuelo fue Emilio Blanco Izaga, coronel interventor en el Protectorado español en Marruecos. Su padre fue Manuel Sánchez Vidal, jefe de la Policía Territorial del Sahara desde su creación en 1960.
Sánchez procede de una familia tradicional y conservadora pero en el CNI se ganó la fama de poseer un espíritu combativo y reivindicativo. Cuando le renovaron el pasaporte en 1996, los funcionarios de la DGP anotaron como lugar de nacimiento «El Aaiún (Marruecos)». Y ella, que siempre se ha pronunciado públicamente prosaharaui, protestó recriminando al funcionario de que el Aaiún no pertenecía a Marruecos sino al Sahara Occidental.
Sánchez, madre de dos hijos, forma parte de la segunda promoción de mujeres que ingresaron en el CESID bajo el mando del general Manglano. Aquella generación que le tocó romper con el machismo que imperaba en La Casa y romper las barreras para allanar el camino a otras mujeres como Sánchez.
La ex secretaria general, además del título universitario, posee un máster en Traducción por la Universidad Complutense y otro en el Magreb Contemporáneo sobre las relaciones de España en el Norte de África por la UNED. Este último, realizado en noviembre de 2004, sorprendió hasta a su director, Víctor Morales, profesor de Historia contemporánea en la UNED cuando se enteró de que la alumna era la directora del gabinete de la Unidad Antiterrorista del CNI, al mismo tiempo que estaba considerada una experta en Ceuta y Melilla.