Dina miente al juez: le dijo que Iglesias le había dado la tarjeta destruida y ahora se retracta
La ex asistente de Pablo Iglesias en el Parlamento europeo, Dina Bousselham, ha dirigido un escrito al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón en el que asegura que mintió al declarar como testigo y sostiene ahora que el líder de Podemos no destruyó la tarjeta de su teléfono móvil supuestamente robado.
De este modo, Dina Bousselham modifica por tercera vez su versión de los hechos, después de que la Fiscalía Anticorrupción haya señalado que Pablo Iglesias pudo cometer sendos delitos de revelación de secretos y daños, al conservar durante meses y luego destruir la tarjeta del móvil de su asesora.
Dina Bousselham declaró el pasado 18 de mayo ante el juez García-Castellón como testigo y perjudicada en esta pieza separada del caso Villarejo. Según aseguró, después de que Pablo Iglesias recibiera la tarjeta de su móvil de manos del empresario Antonio Asensio, la conservó durante al menos cinco meses, a pesar de que contenía fotos «íntimas» de su ex asesora.
Finalmente, cuando Pablo Iglesias entregó este dispositivo electrónico a Dina Bousselham, estaba «destruido». Según un informe pericial realizado por la Policía Científica, la tarjeta había sido «quemada», por lo que los agentes no pudieron acceder a su contenido.
En la carta dirigida ahora al juez de la Audiencia Nacional, Dina Bousselham cambia de nuevo esta versión y asegura que la tarjeta estaba en perfecto estado cuando se la entregó Pablo Iglesias (supuestamente, en el verano de 2016). De este modo, pretende evitar que el líder de Podemos y vicepresidente del Gobierno sea procesado en el Tribunal Supremo como autor de un delito de daños, por haber destruido la prueba principal de la causa.
En su escrito dirigido al juez, Dina Bousselham asegura ahora que cuando Pablo Iglesias le entregó la tarjeta Samsung 32, «funcionaba y comprobé que en su interior estaban contenidos de mi teléfono y así yo misma, con el fin de proteger mi intimidad, mi vida familiar y mi relación de pareja, accedí a los elementos de naturaleza más personal e íntimos de esta, y por ello puedo indicar que inicialmente funcionaba, si bien no contrasté ni analicé todo su contenido».
«Tras lo anterior», añade, «cuando volví a tratar de acceder a ella, dejó de funcionar, pudiendo haber quedado la misma afectada, y es a partir de ahí cuando no funcionaba y no pude volver a acceder, tratando de recuperar la misma por mero interés personal, previo a ninguna cuestión judicial».
Vuelve a mentir
Es la tercera vez que la ex asistente de Pablo Iglesias miente y cambia su versión de los hechos. En agosto de 2016 presentó una ampliación de la denuncia por el robo de su teléfono móvil, en la que ocultó que ya había recuperado la tarjeta (el presidente del Grupo Zeta se la había entregado a Pablo Iglesias en enero de aquel mismo año).
Posteriormente, al declarar ante el juez Manuel García-Castellón, en marzo de 2019, Dina negó que ella hubiera enviado a sus amistades capturas de los mensajes de Telegram en los que Pablo Iglesias hacía comentarios machistas y soeces sobre la periodista Mariló Montero.
Sin embargo, un informe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional acredita que Dina había mentido: ella misma hizo los pantallazos del chat machista justo cuando se produjeron, el 28 de agosto de 2014.
En el análisis tecnológico realizado por los investigadores se localiza una imagen JPG en la carpeta de enviados (Sent), de lo que se deduce, según fuentes policiales, que Dina cuando lee los polémicos comentarios realizados por Pablo Iglesias sobre la periodista Mariló Montero se guarda una copia y lo envía a terceros, en particular, «a dirigentes del partido Podemos», según el informe.
En la tercera declaración, el 18 de mayo de este año, y al levantarse el secreto de sumario de la pieza separada número 10 del ‘caso Villarejo’, a Dina no le queda otra opción y rectifica ante el juez. «Sí, fui yo quien hice las capturas y las envié», aseguró.
Además, la ex asesora confiesa que Pablo Iglesias le entregó la tarjeta dañada y que seguidamente se puso en contacto, sin éxito, con una empresa alemana para poder recuperar el contenido de la misma. «Tengo pruebas», espetó. Y a los tres días entregó al Juzgado los correos electrónicos intercambiados con la empresa tecnológica.
Duro escrito de los fiscales
A raíz de esta última declaración, donde Dina aseguraba que el líder de Podemos le había entregado la tarjeta de memoria destrozada, los fiscales anticorrupción realizaron un «durísimo» informe en el que sugerían que Iglesias pudo cometer dos delitos: descubrimiento y revelación de secretos y daños.
Este lunes el juez García-Castellón dictó un auto en el que acordó «la revocación a Pablo Iglesias Turrión de la condición de perjudicado y ofendido mantenida hasta este momento», en el caso Villarejo y exoneró a OKDIARIO. Señaló que «no se puede inferir en este momento la ilicitud de la actuación del medio de comunicación OKDIARIO o de sus responsables», ya que fue la propia Dina Bousselham quien envió a terceros capturas del chat machista de Pablo Iglesias sobre Mariló Montero.
Fuentes judiciales aseguraron a este periódico que si el magistrado decide deducir testimonio contra el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, por obstrucción a la Justicia por un delito de destrucción de pruebas (daños), será la Sala Segunda del Tribunal Supremo quien le investigue. Para ello el Alto Tribunal deberá pedir el suplicatorio al Congreso de los Diputados. En el caso de Dina, la investigación pasaría por reparto a un Juzgado de Instrucción de Plaza de Castilla. Sin embargo, Dina ha preferido autoinculparse para salvar la cabeza del líder de Podemos.