LOS AGENTES DE HOMICIDIOS REPRODUCEN LA SECUENCIA DEL HOMICIDIO

Así asesinaron a la viuda del ex presidente de la CAM Vicente Sala

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Miguel Ángel López, durante el entierro de Vicente Sala. (RAFA MOLINA/alicanteplaza)

Tan solo había transcurrido una semana del crimen cuando los agentes de la Brigada de Policía Judicial de Alicante realizaban la primera reconstrucción del crimen de María del Carmen Martínez, viuda del ex presidente de la CAM, en base a las pruebas y primeras testificales que habían conseguido. De entre esas declaraciones iniciales, la del yerno de la víctima ya resultó llamativa cuando se fueron reuniendo los indicios que demostraban que había mentido a los agentes.

La matriarca de los Sala Martínez llegó acompañada de su hermana al concesionario Novocar a las 18.25 del viernes 9 de diciembre para recoger su coche. Miguel López, su yerno, fue la primera persona que las vio llegar a bordo del Honda, propiedad de su suegra, y saludó a ambas mujeres con la mano. Miguel se dirigió al cajetín de las llaves y tras sacar las del Porsche Cayenne de María del Carmen se las entregó cuando ella todavía no había bajado del Honda.

Acto seguido, Antonia, la hermana de María del Carmen, abandona el concesionario. Miguel López entra en la oficina de repuestos a las 18.35 habla con dos empleados y sale de la misma en compañía de uno de ellos, Israel F.-M., que le pregunta si su suegra se ha ido. Para averiguarlo el ahora acusado dirige los pasos de ambos hacia la salida, en lugar de mirar en el lavadero. Tras mirar a un lado y otro de la salida regresan al interior de la parcela. Miguel se va a la nave principal mientras que el empleado se dirige al taller.

Son las 18.37 cuando Miguel baja de su despacho y tras felicitar a un cliente por su nueva compra, se despide de él y se sube a su vehículo para abandonar el lugar. Es entre este momento y las 18.25 cuando, para los investigadores, tuvo lugar el crimen.

En su declaración el yerno aseguraría a los agentes que había ido a su casa “conduciendo tranquilamente y que tardaría unos 20 minutos”. El dato era falso, como demostraron las cámaras de seguridad de la finca familiar de los Sala, pero sí fueron casi 20 los minutos que tardó en recibir la llamada de alerta desde el concesionario.

A las 18.55 otro empleado, Herminio llega de llevar unos muebles y tras estacionar la furgoneta en la que regresaba, se dirige hacia el lavadero para dejar unos destornilladores. En ese momento observó “el coche de su jefa y a una persona extraña apoyada sobre el coche que tenía la cabeza y el pecho ensangrentados”. Las luces estaban apagadas. Herminio avisa rápidamente al taller. Paco, no le atiende “porque estaba hablando por teléfono”. Le dice a Israel y Víctor lo que acaba de ver. Israel le acompaña para comprobarlo y “sujeta a la persona” mientras Herminio enciende la luz. Es él quien ve los dos casquillos de bala en el suelo. Israel declararía que a su compañero la persona junto al coche le pareció un hombre. Al reconocer a su jefa, este trata de hacer que se siente en el asiento trasero, pero debido al estado en el que se encuentra la mujer es imposible.

El propio Israel llama a Miguel para decirle que su suegra se ha golpeado en la cabeza, pero en pocos segundos descubre los casquillos en el suelo. Le dice que es “muy fuerte, que vaya muy rápido para allí”. Pese a la contundencia de esta afirmación, en la que el jefe de taller se ratificó, el yerno de la víctima aseguró que en esa primera llamada no le dijo nada sobre los casquillos.

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