Los caraduras del independentismo (y III)

El chiringuito de TV3, la verdadera operación Cataluña y el complot en casa de los Roures

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Imagen de la sede de TV3.
Manuel Cerdán

Crecer a la sombra de Artur Mas y del independentismo catalán también ha sido una apuesta segura para los jóvenes convergentes que aspiraban a acaparar dinero y poder. El caso más notorio es el de David Madí, nieto de Cendrós, el fundador de Òmnium Cultural, el grupo secesionista que ha organizado las algaradas callejeras en Cataluña. Madí, muy próximo a la familia Pujol, se convirtió en asesor áulico de Artur Mas e, Incluso, fue quien ideó el lema “derecho a decidir”.

Madí está considerado en Barcelona como otro de los caraduras del independentismo pero que se ha hecho rico trabajando para multinacionales del Ibex 35.

David Madí, como sucede con una legión de políticos de la extinta Convergència Democrática de Cataluña, la antesala del PdeCAT, también ha tenido sus problemas con la justicia. Ha sido investigado por un juez de Barcelona por su presunta participación en una trama de facturas falsas. Las empresas de Madí que aparecen en las pesquisas son Nubul Consultig e IKI XXI, que llegaron a facturar 194.000 euros.

La mano derecha de Mas, a quien le diseñó y coordinó la última campaña electoral, llegó al independentismo por su abuelo Cendrós pero el arraigo final se consolidó no por el interés general, sino por el interés comercial. Y siempre buscando el equilibrio en el mundo de los lobbies y del tráfico de influencias. De ahí que una cincuentena de empresas del sector musical catalán denunciaron a una sociedad vinculada a Madí, Ediciones Musicales Clippers SL, por el trato de favor recibido en TV3. Su socio en Clippers era Jaume Camps, es Rovira, un empresario imputado también en el Caso Palau.

Agitpro televisivo con dinero público

La televisión pública catalana no sólo se ha convertido en el altavoz más furibundo del independentismo, sino también en un cortijo para las productoras comprometidas con el nacionalismo secesionista. Un empresario catalán de los medios de comunicación comentó a OKDIARIO que Madí “siempre se ha movido por TV3 como si fuera su chiringuito», de ahí la reacción de los empresarios perjudicados.

La familia de Madí ya había soportado antes una investigación por corrupción. Su mujer, Sandra Buenvarón, fue investigada en el sumario de la ITV por haber cobrado cien mil euros de una empresa de Oriol Carbó, ex gerente de TV3.

Y en asuntos monetarios relacionados con TV3 es imposible que no aparezca el magnate audiovisual Jaume Roures, cadena en la que trabajó entre 1984 y 2001, pero que asaltó dos décadas después acaparando gran cantidad de contratos televisivos. Sólo en 2013 el holding Mediapro se reservó para sí el 9% del presupuesto anual de la televisión pública. En 2015, la segunda y tercera empresa en obtener más contratos de la pública fueron Triacom Audiovisual y Mediapro.

La primera de la lista era Minoría Absoluta de Antonio Soler Guasch, la productora de Polonia, que facturaba unos 10 millones de euros al año, la mayor parte a TV3. Toni Soler es colaborador habitual del diario independentista Ara.

El ex gerente de la TV3, Oriol Carbó, vinculó a Mediapro su sociedad Triacom Audiovisual, la productora que en 2003 realizó un deplorable documental -Tripartit Watch- contra el tripartito de Maragall, que había arrebatado la Generalitat a Pujol. Roures repitió la misma jugada con el documental Las cloacas de Interior, a través del que pretendía dar crédito al bulo de la operación Cataluña, a fin de beneficiar la estrategia independentista del Gobierno de Puigdemont contra Rajoy.

La verdadera ‘operación Cataluña’

La operación Cataluña existió pero desde el frente de Roures. Fue todo un plan de inteligencia para barrer Cataluña de policías del Estado, que investigaban la corrupción y el independentismo radical. Un alto cargo de Interior señaló a OKDIARIO que durante las semanas previas al 1-O el Gobierno echó de menos la presencia en la Ciudad Condal de agentes de información. “Sobre todo, porque los agentes secretos del CNI ni estaban ni se les esperaba”, sentenció.

Roures, sumándose al llamamiento de Òmnium Cultural a favor de una Crida pro referéndum, hacía coincidir la proyección en toda Cataluña del documental Las cloacas de Interior con el inicio de la campaña pro independentista. El magnate audiovisual figuraba en los créditos del montaje como realizador pero el contenido estaba elaborado por el ex director de Público, Carlos Enrique Bayo.

No era el único favor que hacía a la causa. Después montó el Internacional Press and Broadcasting Center de Mediapro (IPBC Mediapro) donde la Generalitat centralizó la información del referéndum del 1-O. El Centro fue utilizado por los fontaneros del agit-prop independentista como altavoz de la jornada electoral, sobre todo para distribuir entre la prensa extranjera las imágenes de las cargas de los antidisturbios que más perjudicaban a la Policía y la Guardia Civil.

“Lo más sorprendente es que sus conspiraciones siempre le salen gratis –con Telefónica, con Prisa, con Rajoy, con Villarejo, con Fernández Díaz y con Rossell, entre otros- cuando la mayoría de sus negocios dependen de Madrid y se aprovechan de la economía española», destaca un hombre de negocios que se ha enfrentado a Roures en más de una ocasión.

Y la fuente de OKDIARIO recuerda que Mediapro sigue con la operación de venta de una parte de su capital al fondo chino de inversiones Orient Hontai. Un sector de los socios del holding  quiere colocar en el mercado el 23 % de la compañía por un valor de 425 millones de euros. Sin embargo, la operación no afecta a Roures y a su socio Tatxo Benet, que seguirían controlando el holding con un 24%.

Otro de los accionistas de la compañía es WPP, el mayor grupo publicitario del mundo, que controla el 23% desde 2004. Los británicos, que viven en su propia casa el brexit no comparten el posicionamiento de Roures, que está empobreciendo la economía catalana.

Mediapro, en cambio, sólo en 2016, facturó 1.536 millones de euros con un crecimiento de 26 millones.

Complot en casa del magnate

Otro de los cerebros del golpe es Oriol Soler, ligado a ERC y editor del diario Ara, que se mantiene gracias a las subvenciones públicas y a la publicidad de la Generalitat. Diseñó para la ANC la campaña del referéndum del 9-N de 2014. Además fue uno de los asistentes de la cena que Roures organizó en su residencia en agosto pasado en honor del podemita Pablo Iglesias, a la que también asistieron Junqueras y Domenech. De ese encuentro salieron las líneas maestras de algunos de los movimientos de los independentistas.

El socio de Soler, Artur Carulla, tan independentista como él, es el presidente del holding de empresas al que pertenece los populares caldos Gallina Blanca. También tiene parte de su negocio fuera de Cataluña. En Madrid, reclama a la Comunidad de Cristina Cifuentes 72 millones de euros por unas parcelas en Arganda del Rey. El asunto está en los tribunales madrileños.

El catalán Jordi Vaquer, director regional para Europa de Open Society Foundations y codirector de Open Society Initiative for Europe es el delegado del multimillonario George Soros en Cataluña, en donde ha desplegado su estrategia filantrópica. Vaquer, que ya ha ofrecido su apoyo al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCBC), también fue presidente con anterioridad en 2008 del Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB). Uno de los lobbys más importantes del independentismo.

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